
El xenón es un elemento raro en el universo, producido principalmente por nucleosíntesis estelar durante las fases avanzadas de la evolución estelar. A diferencia de los elementos ligeros formados poco después del Big Bang, el xenón se crea mediante procesos de captura de neutrones en estrellas masivas y durante eventos cataclísmicos.
El xenón se produce principalmente por dos procesos de nucleosíntesis: el proceso s (captura lenta de neutrones) en estrellas de la rama asintótica de las gigantes (AGB) y el proceso r (captura rápida de neutrones) durante las explosiones de supernovas y las fusiones de estrellas de neutrones. Estos procesos crean los nueve isótopos estables del xenón observados en la naturaleza. Los vientos estelares de las estrellas AGB y los eyectos de supernovas enriquecen posteriormente el medio interestelar con xenón.
En el sistema solar, el xenón presenta una anomalía intrigante conocida como la "anomalía del xenón faltante". La atmósfera terrestre está empobrecida en xenón en comparación con las predicciones basadas en las abundancias solares y meteoríticas. Este enigma sugiere que el xenón pudo haber sido atrapado en minerales terrestres profundos bajo alta presión o perdido en el espacio durante las primeras etapas de la formación de la Tierra. El estudio de las proporciones isotópicas del xenón en meteoritos, atmósferas planetarias y gases nobles atrapados en rocas proporciona información crucial sobre la historia del sistema solar.
Los nueve isótopos estables del xenón (\(\,^{124}\mathrm{Xe}\) a \(\,^{136}\mathrm{Xe}\)) tienen abundancias distintas que reflejan sus diversos orígenes nucleosintéticos. El \(\,^{129}\mathrm{Xe}\) es particularmente interesante porque proviene en parte de la desintegración radiactiva del \(\,^{129}\mathrm{I}\) extinto (vida media de 15,7 millones de años), ofreciendo valiosas restricciones temporales sobre la formación del sistema solar. El \(\,^{136}\mathrm{Xe}\) puede sufrir una doble desintegración beta, un proceso nuclear extremadamente raro estudiado en física de partículas fundamentales.
El xenón desempeña un papel central en la investigación moderna de la física fundamental. Detectores que utilizan varias toneladas de xenón líquido ultra puro, instalados en laboratorios subterráneos profundos, se emplean para detectar partículas hipotéticas de materia oscura (WIMPs) y estudiar las propiedades de los neutrinos. La pureza excepcional, alta densidad y propiedades de centelleo del xenón lo convierten en un candidato ideal para estos experimentos de física fundamental que buscan desentrañar los misterios del universo invisible.
El xenón fue descubierto en 1898 por los químicos británicos William Ramsay (1852-1916) y Morris Travers (1872-1961) en el University College de Londres. Este descubrimiento siguió a los de criptón y neón como parte de su investigación sistemática sobre los gases raros de la atmósfera. Ramsay y Travers aislaron el xenón mediante destilación fraccionada de aire líquido, separando los componentes según sus diferentes puntos de ebullición. Después de evaporar el criptón, descubrieron un residuo gaseoso aún más pesado que emitía una luz azul brillante cuando se excitaba eléctricamente en un tubo de descarga.
El nombre xenón proviene del griego xenos (ξένος), que significa "extraño" o "desconocido", reflejando la sorpresa de los descubridores ante este gas inesperado. Ramsay recibió el Premio Nobel de Química en 1904 por su descubrimiento de los gases nobles (helio, neón, argón, criptón, xenón). Durante varias décadas, el xenón fue considerado completamente inerte desde el punto de vista químico. Esta certeza fue destruida en 1962 cuando el químico británico Neil Bartlett sintetizó el primer compuesto de xenón, el hexafluoroplatinato de xenón, revolucionando nuestra comprensión de la reactividad de los gases nobles y abriendo un nuevo capítulo en la química.
N.B.:
Las lámparas de xenón han revolucionado la iluminación automotriz y cinematográfica desde la década de 1990. Su luz blanca brillante, cercana al espectro solar, ofrece una mejor visibilidad nocturna y una reproducción del color superior en comparación con las lámparas halógenas tradicionales. Los proyectores de cine IMAX utilizan lámparas de xenón de muy alta potencia para proyectar en pantallas gigantes con un brillo excepcional. Sin embargo, la rareza del xenón (solo 0,087 partes por millón en el aire) lo convierte en uno de los gases más caros del mundo, con precios que pueden alcanzar varios miles de euros por kilogramo. Esta rareza está impulsando a la industria a desarrollar tecnologías alternativas como los LED, al tiempo que busca reciclar el xenón de las lámparas usadas para preservar este recurso precioso.
El xenón (símbolo Xe, número atómico 54) es un gas noble del grupo 18 de la tabla periódica, compuesto por cincuenta y cuatro protones, generalmente setenta y ocho neutrones (para el isótopo más común) y cincuenta y cuatro electrones. Tiene nueve isótopos estables naturales: \(\,^{124}\mathrm{Xe}\) (0,095%), \(\,^{126}\mathrm{Xe}\) (0,089%), \(\,^{128}\mathrm{Xe}\) (1,910%), \(\,^{129}\mathrm{Xe}\) (26,401%), \(\,^{130}\mathrm{Xe}\) (4,071%), \(\,^{131}\mathrm{Xe}\) (21,232%), \(\,^{132}\mathrm{Xe}\) (26,909%), \(\,^{134}\mathrm{Xe}\) (10,436%) y \(\,^{136}\mathrm{Xe}\) (8,857%).
A temperatura ambiente, el xenón es un gas monoatómico, incoloro, inodoro y generalmente químicamente inerte. Sin embargo, a diferencia de los gases nobles más ligeros (helio, neón, argón, criptón), el xenón puede formar compuestos químicos en ciertas condiciones, particularmente con flúor y oxígeno. El xenón es el gas noble natural más denso, con una concentración atmosférica de aproximadamente 0,087 partes por millón en volumen. El gas Xe tiene una densidad de aproximadamente 5,894 g/L a temperatura y presión estándar, lo que lo hace aproximadamente 4,5 veces más denso que el aire. La temperatura a la que los estados líquido y sólido pueden coexistir (punto de fusión): 161,40 K (-111,75 °C). La temperatura a la que pasa de líquido a gas (punto de ebullición): 165,051 K (-108,099 °C).
| Isótopo / Notación | Protones (Z) | Neutrones (N) | Masa atómica (u) | Abundancia natural | Vida media / Estabilidad | Decaimiento / Observaciones |
|---|---|---|---|---|---|---|
| Xenón-124 — \(\,^{124}\mathrm{Xe}\,\) | 54 | 70 | 123.905893 u | ˜ 0.095% | Estable (teóricamente radiactivo) | Isótopo más ligero; captura electrónica doble teórica con vida media > 10¹⁴ años. |
| Xenón-126 — \(\,^{126}\mathrm{Xe}\,\) | 54 | 72 | 125.904274 u | ˜ 0.089% | Estable | Isótopo raro producido por el proceso s de nucleosíntesis estelar. |
| Xenón-128 — \(\,^{128}\mathrm{Xe}\,\) | 54 | 74 | 127.903531 u | ˜ 1.910% | Estable | Producido principalmente por el proceso s en estrellas AGB. |
| Xenón-129 — \(\,^{129}\mathrm{Xe}\,\) | 54 | 75 | 128.904779 u | ˜ 26.401% | Estable | Isótopo muy abundante; producido en parte por la desintegración del \(\,^{129}\mathrm{I}\) extinto; trazador importante en geocronología y cosmoquímica. |
| Xenón-130 — \(\,^{130}\mathrm{Xe}\,\) | 54 | 76 | 129.903508 u | ˜ 4.071% | Estable | Utilizado en detectores de materia oscura y neutrinos. |
| Xenón-131 — \(\,^{131}\mathrm{Xe}\,\) | 54 | 77 | 130.905082 u | ˜ 21.232% | Estable | Segundo isótopo más abundante; utilizado en RMN de xenón hiperpolarizado para imágenes pulmonares. |
| Xenón-132 — \(\,^{132}\mathrm{Xe}\,\) | 54 | 78 | 131.904153 u | ˜ 26.909% | Estable | Isótopo más abundante; producto común de fisión en reactores nucleares. |
| Xenón-133 — \(\,^{133}\mathrm{Xe}\,\) | 54 | 79 | 132.905910 u | No natural | 5.243 días | Radiactivo ß\(^-\) a \(\,^{133}\mathrm{Cs}\) ; utilizado en imágenes médicas pulmonares y para detectar pruebas nucleares clandestinas. |
| Xenón-134 — \(\,^{134}\mathrm{Xe}\,\) | 54 | 80 | 133.905394 u | ˜ 10.436% | Estable | Isótopo abundante producido por el proceso s de captura de neutrones. |
| Xenón-135 — \(\,^{135}\mathrm{Xe}\,\) | 54 | 81 | 134.907227 u | No natural | 9.14 horas | Radiactivo ß\(^-\) ; producto importante de fisión; fuerte absorbente de neutrones ("veneno" de neutrones en reactores). |
| Xenón-136 — \(\,^{136}\mathrm{Xe}\,\) | 54 | 82 | 135.907219 u | ˜ 8.857% | Estable (teóricamente radiactivo) | Puede sufrir doble desintegración beta (vida media medida > 10²¹ años); estudiado en física de neutrinos. |
| Otros isótopos — \(\,^{110}\mathrm{Xe}-\,^{123}\mathrm{Xe},\,^{125}\mathrm{Xe},\,^{127}\mathrm{Xe},\,^{137}\mathrm{Xe}-\,^{147}\mathrm{Xe}\) | 54 | 56-69, 71, 73, 83-93 | — | No naturales | milisegundos — varios días | Isótopos radiactivos producidos artificialmente; utilizados en investigación nuclear, medicina y detección de pruebas nucleares. |
N.B.:
Capas electrónicas: Cómo se organizan los electrones alrededor del núcleo.
El xenón tiene 54 electrones distribuidos en cinco capas electrónicas. Su configuración electrónica completa es: 1s² 2s² 2p⁶ 3s² 3p⁶ 3d¹⁰ 4s² 4p⁶ 4d¹⁰ 5s² 5p⁶, o simplificada: [Kr] 4d¹⁰ 5s² 5p⁶. Esta configuración también puede escribirse como: K(2) L(8) M(18) N(18) O(8).
Capa K (n=1): contiene 2 electrones en la subcapa 1s. Esta capa interna está completa y es muy estable.
Capa L (n=2): contiene 8 electrones distribuidos como 2s² 2p⁶, formando una capa completa y estable.
Capa M (n=3): contiene 18 electrones distribuidos como 3s² 3p⁶ 3d¹⁰, formando una capa completa.
Capa N (n=4): contiene 18 electrones distribuidos como 4s² 4p⁶ 4d¹⁰, formando una capa completa.
Capa O (n=5): contiene 8 electrones distribuidos como 5s² 5p⁶. Esta capa externa está completa con 8 electrones de valencia (configuración de octeto), lo que confiere al xenón la estabilidad característica de los gases nobles.
El xenón, miembro del grupo 18 (gases nobles), tiene 8 electrones de valencia (5s² 5p⁶) que forman una configuración electrónica estable de tipo octeto. Esta configuración explica tradicionalmente la inercia química de los gases nobles. Sin embargo, el xenón, al ser el gas noble natural más pesado, tiene electrones externos relativamente alejados del núcleo (radio atómico grande) y, por lo tanto, menos fuertemente unidos, lo que le permite formar compuestos químicos, a diferencia de los gases nobles más ligeros como el helio, neón y argón. La alta polarizabilidad del xenón facilita las interacciones con elementos muy electronegativos como el flúor y el oxígeno.
El xenón es extremadamente raro en la atmósfera terrestre (0,087 ppm), pero tiene aplicaciones notables y diversas. Su uso en lámparas de xenón para iluminación automotriz de alta intensidad y proyectores de cine explota su capacidad para producir una luz brillante cercana al espectro solar. En medicina, sirve como anestésico general con propiedades neuroprotectoras. En la exploración espacial, el xenón es el propulsor preferido para los motores iónicos de satélites y sondas. En física fundamental, los detectores de xenón líquido ultra puro buscan materia oscura y estudian los neutrinos. Su capacidad única para formar compuestos químicos (fluoruros, óxidos) ha revolucionado la química de los gases nobles desde 1962.
El xenón tiene ocho electrones de valencia (5s² 5p⁶) que forman una capa externa completa (octeto). Esta configuración estable explica su inercia química en condiciones normales. Durante más de sesenta años después de su descubrimiento, el xenón fue considerado totalmente inerte, incapaz de formar enlaces químicos. Esta creencia fue refutada espectacularmente en 1962 cuando Neil Bartlett sintetizó el primer compuesto de xenón, el hexafluoroplatinato de xenón (Xe[PtF₆]), demostrando que los gases nobles podían reaccionar. A diferencia de los gases nobles más ligeros, el xenón tiene electrones de valencia relativamente accesibles debido a su distancia del núcleo, el efecto de apantallamiento de muchas capas electrónicas internas y su alta polarizabilidad.
El xenón forma principalmente compuestos con el flúor (el elemento más electronegativo) y el oxígeno. Los fluoruros de xenón incluyen XeF₂ (difluoruro), XeF₄ (tetrafluoruro) y XeF₆ (hexafluoruro), donde el xenón presenta estados de oxidación de +2, +4 y +6, respectivamente. Estos compuestos son potentes agentes oxidantes y fluorantes utilizados en síntesis química. El xenón también forma óxidos como XeO₃ (trióxido) y XeO₄ (tetróxido), así como oxifluoruros (XeOF₂, XeOF₄, XeO₂F₂) y ácido perxénico (H₄XeO₆), aunque estos compuestos son termodinámicamente inestables y potencialmente explosivos. Se han sintetizado compuestos organometálicos de xenón, complejos de coordinación e incluso enlaces xenón-nitrógeno, xenón-carbono y xenón-oro bajo condiciones especiales (bajas temperaturas, matrices inertes), ampliando constantemente el fascinante campo de la química del xenón.
A pesar de su sorprendente capacidad para formar compuestos, el xenón sigue siendo químicamente inerte en condiciones normales de temperatura y presión, lo que lo hace valioso para muchas aplicaciones tecnológicas que explotan esta estabilidad. Su alta densidad (aproximadamente 5,9 veces la del aire), baja conductividad térmica y su inercia lo convierten en un excelente gas de relleno para ventanas de aislamiento térmico de alto rendimiento y bombillas incandescentes. El xenón ionizado en un campo eléctrico produce una luz intensa y brillante con un espectro cercano a la luz solar, utilizada en lámparas de descarga de alta intensidad para iluminación automotriz (faros de xenón), proyectores de cine IMAX, sistemas de flash fotográfico profesional y proyectores arquitectónicos.