
El argón fue descubierto gracias a una minuciosa investigación de una anomalía aparentemente insignificante. En 1892, el físico británico Lord Rayleigh (John William Strutt, 1842–1919) observó que el nitrógeno extraído del aire era ligeramente más denso (alrededor del 0,5%) que el nitrógeno obtenido por descomposición química de compuestos nitrogenados. Intrigado por esta diferencia, colaboró con el químico William Ramsay (1852–1916). En 1894, tras eliminar metódicamente el oxígeno, el nitrógeno, el dióxido de carbono y el vapor de agua del aire, aislaron un gas residual desconocido que no reaccionaba con ningún otro elemento. Lo llamaron argón (del griego argos = inactivo, perezoso) debido a su inercia química absoluta. Este descubrimiento revolucionó la química al revelar la existencia de una familia completa de elementos insospechados: los gases nobles. Rayleigh y Ramsay recibieron los premios Nobel de Física y Química, respectivamente, en 1904 por este descubrimiento.
El argón (símbolo Ar, número atómico 18) es un gas noble del grupo 18 (anteriormente grupo VIII o 0) de la tabla periódica. Su átomo tiene 18 protones, 18 electrones y generalmente 22 neutrones en su isótopo más abundante (\(\,^{40}\mathrm{Ar}\)). Existen tres isótopos estables: argón-36 (\(\,^{36}\mathrm{Ar}\)), argón-38 (\(\,^{38}\mathrm{Ar}\)) y argón-40 (\(\,^{40}\mathrm{Ar}\)).
A temperatura ambiente, el argón es un gas monoatómico (Ar), incoloro, inodoro, insípido y totalmente inerte desde el punto de vista químico en condiciones normales. Es aproximadamente 1,4 veces más denso que el aire (densidad ≈ 1,784 g/L a 0 °C). Punto de fusión del argón: 83,81 K (−189,34 °C). Punto de ebullición: 87,302 K (−185,848 °C). El argón tiene una capa electrónica externa completa (configuración 3s² 3p⁶), lo que le confiere una estabilidad química excepcional. Prácticamente no forma compuestos químicos estables en condiciones normales, aunque se han observado algunos compuestos transitorios en laboratorios a temperaturas muy bajas.
| Isótopo / Notación | Protones (Z) | Neutrones (N) | Masa atómica (u) | Abundancia natural | Vida media / Estabilidad | Decaimiento / Observaciones |
|---|---|---|---|---|---|---|
| Argón-40 — \(\,^{40}\mathrm{Ar}\,\) | 18 | 22 | 39,962383 u | ≈ 99,60% | Estable | Isótopo ultra-dominante en la atmósfera terrestre, producido por la desintegración radiactiva del potasio-40. |
| Argón-36 — \(\,^{36}\mathrm{Ar}\) | 18 | 18 | 35,967546 u | ≈ 0,334% | Estable | Isótopo primordial; trazador geoquímico importante. |
| Argón-38 — \(\,^{38}\mathrm{Ar}\) | 18 | 20 | 37,962732 u | ≈ 0,063% | Estable | Isótopo raro; utilizado en investigación geológica. |
| Argón-39 — \(\,^{39}\mathrm{Ar}\) | 18 | 21 | 38,964313 u | Traza cosmogénica | 269 años | Radiactivo β\(^-\) desintegrándose en potasio-39. Utilizado para datar hielos polares y aguas subterráneas. |
| Argón-37 — \(\,^{37}\mathrm{Ar}\) | 18 | 19 | 36,966776 u | No natural | 35,04 días | Radiactivo por captura electrónica dando cloro-37. Utilizado en detección de neutrinos. |
| Otros isótopos — \(\,^{30}\mathrm{Ar}\) a \(\,^{53}\mathrm{Ar}\) | 18 | 12 — 35 | — (variables) | No naturales | Milisegundos a minutos | Isótopos muy inestables producidos artificialmente; física nuclear experimental. |
N.B. :
Capas electrónicas: Cómo se organizan los electrones alrededor del núcleo.
El argón tiene 18 electrones distribuidos en tres capas electrónicas. Su configuración electrónica completa es: 1s² 2s² 2p⁶ 3s² 3p⁶, o simplificada: [Ne] 3s² 3p⁶. Esta configuración también puede escribirse como: K(2) L(8) M(8).
Capa K (n=1): contiene 2 electrones en el subnivel 1s. Esta capa interna está completa y es muy estable.
Capa L (n=2): contiene 8 electrones distribuidos como 2s² 2p⁶. Esta capa también está completa, formando una configuración de gas noble (neón).
Capa M (n=3): contiene 8 electrones distribuidos como 3s² 3p⁶. Los orbitales 3s y 3p están completamente llenos, conferiendo una estabilidad máxima. Los orbitales 3d permanecen vacíos.
El argón tiene 8 electrones en su capa externa (3s² 3p⁶), formando una configuración electrónica saturada. Esta configuración explica sus excepcionales propiedades químicas:
El argón no pierde ni gana electrones en condiciones normales, lo que explica la ausencia de estados de oxidación estables.
La capa de valencia completa confiere al argón una inercia química casi total, de ahí su clasificación entre los gases nobles (o gases raros).
Aunque se han sintetizado compuestos de argón en el laboratorio bajo condiciones extremas, el argón no forma prácticamente ningún compuesto químico estable en condiciones ordinarias.
La configuración electrónica del argón, con todas sus capas electrónicas completas, lo convierte en un gas noble de referencia. Esta estructura le confiere propiedades características: estabilidad química excepcional (el argón es uno de los elementos más inertes), energía de ionización muy alta (es extremadamente difícil arrancar un electrón) y ausencia total de reactividad en condiciones normales. El argón no forma enlaces químicos porque su capa de valencia saturada representa un estado energético óptimo. Esta inercia química hace del argón un gas ideal para crear atmósferas protectoras en metalurgia, soldadura y en bombillas eléctricas. La configuración del argón [Ar] sirve como referencia para describir la configuración electrónica de los elementos siguientes de la tabla periódica.
El argón es químicamente inerte en casi todas las condiciones. Su capa electrónica externa saturada lo hace extremadamente estable y no reactivo. A diferencia de los elementos vecinos cloro y potasio, que forman fácilmente compuestos, el argón no participa en ninguna reacción química en condiciones normales. Esta inercia absoluta hace del argón el gas protector ideal para muchos procesos industriales. En laboratorio, a temperaturas muy bajas y bajo irradiación UV intensa, se han sintetizado algunos compuestos inestables, como el fluorohidruro de argón (HArF), que se descompone rápidamente por encima de 40 K. Estos compuestos exóticos no tienen aplicación práctica, pero son de interés teórico para comprender los límites del enlace químico.
El argón es notablemente abundante: constituye aproximadamente el 0,934% de la atmósfera terrestre en volumen, lo que lo convierte en el tercer gas atmosférico más abundante después del nitrógeno (78%) y el oxígeno (21%). Esta proporción representa aproximadamente 66 billones de toneladas de argón en la atmósfera terrestre. Paradójicamente, a pesar de esta abundancia, el argón permaneció sin detectar hasta 1894 debido a su inercia total. Casi todo el argón atmosférico es argón-40, producido por la desintegración radiactiva del potasio-40 (⁴⁰K) en la corteza terrestre durante miles de millones de años. El argón industrial se produce mediante destilación fraccionada del aire líquido, un proceso que también separa el nitrógeno y el oxígeno. La producción mundial de argón supera el millón de toneladas por año. El argón es relativamente económico debido a su abundancia atmosférica y a la eficiencia de los procesos de separación.
La acumulación de argón-40 en las rocas a través de la desintegración del potasio-40 es la base del método de datación potasio-argón (K-Ar), uno de los más importantes en geocronología. Este método permite datar rocas volcánicas y metamórficas desde unos pocos miles de años hasta varios miles de millones de años. El potasio-40 se desintegra con una vida media de 1.250 millones de años en argón-40 (captura electrónica) y calcio-40 (desintegración β⁻). El argón gaseoso producido puede escapar de los minerales a altas temperaturas, pero queda atrapado durante el enfriamiento y la cristalización. Midiendo la relación ⁴⁰Ar/⁴⁰K en un mineral, se puede determinar el tiempo transcurrido desde su última fusión o metamorfismo. La variante argón-argón (⁴⁰Ar/³⁹Ar), más precisa, se utiliza ampliamente para datar eventos geológicos importantes y la evolución de la Tierra.
En el universo primordial, el argón estaba prácticamente ausente. El argón-36 y el argón-38 se producen por nucleosíntesis en estrellas masivas durante la fusión de oxígeno y silicio, y luego se dispersan por supernovas. Se ha detectado argón en algunas nebulosas planetarias y restos de supernovas. En la Tierra, el dominio abrumador del argón-40 (99,6%) contrasta fuertemente con la composición isotópica del argón solar y meteorítico, donde domina el argón-36. Esta diferencia revela que el argón terrestre es principalmente radiogénico (producido por desintegración radiactiva en la corteza) en lugar de primordial. El análisis de las proporciones isotópicas del argón en meteoritos y muestras planetarias proporciona pistas cruciales sobre la formación y evolución del sistema solar. Marte tiene una atmósfera que contiene aproximadamente un 1,6% de argón, principalmente argón-40, evidencia de la actividad geológica pasada del planeta.
N.B.:
El argón que respiramos en cada momento proviene en realidad de las profundidades de la Tierra. Cada litro de aire que inhalamos contiene aproximadamente 9 mililitros de argón (0,934%), más que el dióxido de carbono (0,04%). Este argón es casi en su totalidad argón-40, producido continuamente durante miles de millones de años por la desintegración radiactiva del potasio-40 en las rocas de la corteza y el manto terrestres. El argón escapa lentamente de las rocas y se acumula en la atmósfera, donde persiste indefinidamente porque, al ser químicamente inerte, no puede ser consumido por ningún proceso biológico o geoquímico. Así, cada respiración contiene átomos de argón que alguna vez estuvieron atrapados en las profundidades de nuestro planeta, testigos silenciosos del reloj radiactivo de la Tierra.