El Berilio (símbolo Be, número atómico 4) fue identificado en 1798 por el químico francés Louis-Nicolas Vauquelin en el mineral berilo. En 1828, Friedrich Wöhler y Antoine Bussy aislaron de forma independiente el metal puro mediante la reducción del cloruro de berilio con potasio. El nombre proviene del griego beryllos, que designa el berilo verde (una variedad de esmeralda).
El berilio no es un oligoelemento esencial para los organismos vivos. No participa en ningún proceso biológico conocido y puede resultar tóxico. Su presencia en los tejidos biológicos suele deberse a una exposición ambiental o laboral. Consecuencia de la exposición: efectos tóxicos diversos, como inflamación pulmonar, daños hepáticos e inhibición enzimática. No tiene un papel vital reconocido.
Constitución: 4 protones, 4 neutrones (isótopo estable), 4 electrones repartidos en dos capas electrónicas (1s² 2s²).
Isótopos: