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Actualizado el 17 de noviembre de 2023

Desafío y amenaza de la Inteligencia Artificial

Desafío y amenaza de la Inteligencia Artificial

Imagen: La inteligencia artificial (IA) tiene el potencial de aportar importantes beneficios, pero también representa un desafío considerable. Crédito de la foto: Shutterstock.com.

¿Cuál es el concepto de singularidad tecnológica?

La idea de que la inteligencia artificial (IA) puede desafiar al cerebro humano está en el centro del concepto de "singularidad", popularizado por Ray Kurzweil (1948-), ingeniero, investigador y director de ingeniería estadounidense en Google.
Esta hipótesis futurista está asociada a la idea de que las máquinas, impulsadas por inteligencia artificial avanzada, podrían superar las capacidades intelectuales humanas. En este concepto, las máquinas podrían llegar a un punto en el que podrían mejorar de forma autónoma, creando un círculo de mejora exponencial.
Algunos expertos imaginan que esto podría conducir a una transformación acelerada, o incluso a una fusión, de la humanidad con la tecnología, dando lugar a una inteligencia superior y potencialmente incontrolable.
Este hipotético futuro, calificado como un punto de no retorno, está aún muy lejano, aunque algunos expertos creen que la singularidad podría producirse en las próximas décadas.

Los humanos todavía controlan la situación, son ellos quienes dan órdenes a las llamadas herramientas “inteligentes”. Pero la floreciente inteligencia artificial ya se está utilizando en una variedad de aplicaciones, como chatbots, asistentes de voz, reconocimiento de imágenes, diagnóstico de enfermedades, decisiones de inversión, procesos de fabricación, robots quirúrgicos, optimización de rutas, etc.

¿Es inteligente el chatbot ChatGPT?

En determinadas áreas, nos vemos obligados a señalar que ChatGPT ha logrado un rendimiento notable. De hecho, da la impresión de que tenemos ante nosotros a una persona instruida. Es por eso que, desde su lanzamiento en noviembre de 2022, ChatGPT se ha convertido en una herramienta indispensable en todos los ámbitos, especialmente para la creación de contenidos.
Además, Google se ha convertido en un gran desastre y encontrar la información precisa que necesitas es extremadamente doloroso, si no imposible, en un tiempo razonable.
ChatGPT es una solución más sencilla, agradable y rápida que buscar en la web. Con un agente conversacional mantenemos el control de nuestros pensamientos (hilo común) sin riesgo de perdernos.
Pero ojo, existe un riesgo, no debes delegar por completo todas las tareas a ChatGPT. Es importante mantener el libre albedrío y utilizar el pensamiento crítico, porque ChatGPT realmente no entiende lo que estás diciendo. Sólo se basa en sus datos de aprendizaje y el contexto en el que escribirá una palabra u oración. Probabilísticamente, las palabras aparecen una detrás de otra según la palabra anterior. En otras palabras, no tiene conciencia, simplemente adivina la palabra que va a escribir sólo después de haber elegido la palabra anterior. La IA carece de malicia y creatividad, a diferencia de los humanos que son capaces de interpretar intenciones ocultas.

Por tanto, es necesario estudiar en detalle cómo funcionan los agentes conversacionales y compararlos haciéndoles preguntas idénticas. En otras palabras, la IA es una herramienta ciega, mientras que los humanos somos artistas.

¡La IA ya amenaza a diferentes profesiones!

La primera revolución industrial, caracterizada por la introducción de las máquinas de vapor y las máquinas de hilar, comenzó en el siglo XVIII. Provocó la desaparición de muchas profesiones manuales, como las de tejedor y herrero. Estos trabajos fueron reemplazados por máquinas.
La segunda revolución industrial del siglo XIX se caracterizó por la introducción de la electricidad y el automóvil. También provocó la desaparición de determinadas profesiones manuales, como la de los trabajadores no cualificados.
La tercera revolución industrial del siglo XX se caracterizó por la introducción de la informática, las telecomunicaciones y la robótica. Condujo a la desaparición de muchas profesiones manuales, como las de la industria manufacturera.

Con cada revolución tecnológica, muchos puestos de trabajo fueron sustituidos por máquinas y se crearon otros. En el transcurso de estas revoluciones, los trabajadores manuales han tenido que desarrollar otras habilidades, cada vez más rápidamente.

La cuarta revolución industrial, que ya está en marcha, introduce la inteligencia artificial, el Internet de las cosas y la realidad aumentada. Esta transformación afectará a muchos sectores de la sociedad, pero esta vez no serán sólo las clases sociales más bajas las que sufrirán.

De hecho, muchas profesiones intelectuales ya están parcial o totalmente comprometidas con la IA. Entre estas profesiones encontramos abogados de empresa, radiólogos, consultores, asesores telefónicos, expertos hotline, asistentes jurídicos, analistas financieros y muchas otras. En 2023, la IA realizará ciertas tareas mucho mejor que los humanos más eficientes en estas profesiones.
Por otro lado, los fontaneros, carpinteros, reparadores, jardineros serán probablemente las últimas profesiones en ser sustituidas por una máquina porque requieren cierta creatividad. Muy a menudo, estas personas deben tomar iniciativas, fuera del ámbito de su profesión, que requieren creatividad para adaptar la tarea a un contexto completamente inesperado.
Actualmente, la IA no está diseñada para este tipo de decisiones.

La IA, sin malicia, reintroducirá una forma de justicia entre profesiones útiles y profesiones muy superficiales que a menudo son una impostura. Las profesiones intermedias, situadas entre lo hiperabstracto y lo hiperconcreto, serán “desafiantes”.
Es probable que las IA sigan necesitando ayuda de los humanos para tomar decisiones que requieran juicio moral, creatividad, empatía o comprensión del contexto social.

¿Somos dueños de nuestro destino?

Si delegamos completamente nuestra inteligencia en las máquinas sucumbiendo a la pereza, la respuesta a esta pregunta puede ser terrible. La humanidad sin cerebro avanzaría entonces hacia la mediocridad generalizada y bien podría surgir la hipótesis de la “singularidad”.

Las IA son herramientas poderosas, pero tienen sus límites. No son capaces de pensar creativamente ni de innovar. Solo pueden proporcionar respuestas basadas en los datos con los que fueron capacitados. Por ejemplo, una IA que haya sido entrenada con un conjunto de datos de precios de productos no podrá predecir el precio de un producto nuevo.

Estas herramientas, potenciadas por la IA, aprovecharán nuestra inclinación a ser vagos. Pero tenemos una enorme ventaja para superar este desafío: la conciencia.

A diferencia de la IA, los humanos tienen una relación única con todo el universo. Sabe que es parte de un todo. La capacidad de adaptación es una característica innata de los seres vivos. La IA es inteligencia limitada, mientras que los humanos somos inteligencia infinita. Su código de ADN fue entrenado con todos los datos del universo. Ante un imprevisto, el ser humano es capaz de reaccionar adecuadamente gracias a esta capacidad.

Las máquinas están muy lejos de adquirir una conciencia artificial, pero la cuarta revolución en marcha avanza a la velocidad del rayo. Su destino sigue siendo incierto, pero nos impulsará hacia un futuro sin precedentes cuya configuración aún está por definir.


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