Desarrollado por Honda desde 1986 y revelado al público en 2000, Asimo (Advanced Step in Innovative Mobility) marcó un avance tecnológico en la robótica humanoide. Con su morfología bípeda y 130 cm de altura, Asimo reproduce los movimientos humanos con una fluidez impresionante para su época. Su locomoción se basa en un algoritmo de control adaptativo del centro de masa y los puntos de contacto con el suelo, permitiendo ajustes dinámicos ante desequilibrios. Puede caminar, correr (a unos 9 km/h), subir escaleras, evitar obstáculos y reconocer rostros y voces gracias a un procesamiento integrado acoplado con sensores visuales y auditivos.
Más allá de su espectacular rendimiento, Asimo simboliza la ambición de integrar la robótica en la sociedad humana. Su desarrollo ha permitido explorar la cooperación hombre-máquina, la percepción multimodal y el control en tiempo real en un entorno no estructurado. Físicamente, Asimo encarna un sistema cibernético con múltiples grados de libertad, donde cada articulación (34 motores en total) está coordinada a través de una red de microprocesadores en un bucle cerrado. Honda ha utilizado Asimo para estudiar la cinemática inversa, los modelos biomecánicos de locomoción y las interacciones inteligentes, sentando las bases de los robots asistentes, compañeros o intervinientes en zonas peligrosas.