El modelo estándar es la teoría cuántica que describe todas las partículas elementales conocidas y sus interacciones fundamentales (excepto la gravedad). Se basa en la simetría de gauge \(\text{SU(3)}_C \times \text{SU(2)}_L \times \text{U(1)}_Y\), donde cada factor corresponde a una interacción: la interacción fuerte, la interacción débil y el electromagnetismo.
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Este marco teórico extremadamente predictivo ha sido confirmado por miles de experimentos desde la década de 1970. Sin embargo, no incluye la gravedad, la materia oscura ni la energía oscura, y por lo tanto necesita ser extendido. El campo de Higgs es un ingrediente indispensable en esta construcción coherente, ya que permite que los fermiones y los bosones \(W\)/\(Z\) adquieran masa.
La noción de campo de gauge es central en la física de partículas moderna. Surge de un principio de simetría local: la idea de que las leyes físicas deben permanecer invariantes bajo ciertas transformaciones locales. Este principio impone naturalmente la existencia de campos mediadores para asegurar la coherencia de la teoría.
Concretamente, cuando imponemos una invariancia local (por ejemplo, bajo la transformación U(1) para el electromagnetismo), el formalismo matemático nos obliga a introducir un nuevo campo, llamado campo de gauge. Este campo compensa las variaciones locales y se traduce físicamente en una fuerza:
Estos campos se describen mediante teorías de gauge no abelianas (para SU(2) y SU(3)), donde los campos de gauge también interactúan entre sí. El formalismo se expresa utilizando tensores de curvatura (o tensores de campo), conexiones de gauge y lagrangianos invariantes, como en la famosa fórmula de Yang-Mills.
Sin estos campos de gauge, sería imposible formular una teoría coherente de las interacciones. Pero todos estos campos presuponen que las partículas asociadas sean sin masa, lo que plantea un problema para la interacción débil. Aquí es donde interviene el campo de Higgs, el único capaz de generar masa sin romper las simetrías internas fundamentales.
El bosón de Higgs es la manifestación cuántica de un campo fundamental llamado campo de Higgs. Este campo, omnipresente en el Universo, interactúa con las partículas elementales a través de un mecanismo descubierto en la década de 1960 por varios físicos, incluido Peter Higgs. A diferencia de las otras fuerzas fundamentales, no es una partícula sino un campo escalar el responsable de la masa de las partículas. Cuando una partícula atraviesa este campo, sufre una forma de "resistencia", similar a una viscosidad cuántica, que le confiere su masa.
En el lenguaje del modelo estándar, esta interacción se traduce matemáticamente por una ruptura espontánea de la simetría electrodébil. Esto permite dar masa al bosón \(W^{\pm}\) y al bosón \(Z^0\), mientras que deja al fotón sin masa. Esta asimetría observada en la naturaleza —algunas partículas tienen masa, otras no— se deriva directamente del acoplamiento de estas partículas al campo de Higgs.
El 4 de julio de 2012, los experimentos ATLAS y CMS del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) en el CERN anunciaron haber detectado una nueva partícula, compatible con el bosón de Higgs. Este descubrimiento representa la culminación de casi medio siglo de investigación teórica y experimental. El bosón fue observado a través de sus modos de desintegración: principalmente en dos fotones (\(H \rightarrow \gamma\gamma\)) o en pares de bosones \(Z\) o \(W\), con una masa de aproximadamente 125 GeV/\(c^2\).
Este descubrimiento confirma que el campo de Higgs existe, validando así el mecanismo propuesto para explicar la generación de masas. Sin embargo, esta confirmación también abre nuevas preguntas fundamentales: ¿por qué el bosón de Higgs es tan ligero? ¿Está el campo de Higgs relacionado con una física más profunda como la supersimetría o las dimensiones adicionales?
En el modelo estándar de la física de partículas, todas las interacciones (electromagnética, débil, fuerte) se describen mediante campos de gauge. Sin el campo de Higgs, todas las partículas de gauge serían sin masa, y la coherencia del modelo se rompería. La presencia del campo de Higgs preserva la renormalizabilidad del modelo, al tiempo que explica la diversidad de masas observadas en la naturaleza.
El bosón de Higgs es literalmente la "piedra angular" del modelo estándar: sin él, las ecuaciones pierden su poder predictivo. No obstante, el modelo estándar no lo describe todo. Ignora la gravedad, la materia oscura y la energía oscura. Sigue siendo incompleto, y el bosón de Higgs podría ser una puerta de entrada a una física más allá del modelo estándar.