En la Tierra, la posición de un lugar se define por sus coordenadas geográficas: latitud y longitud. En el cielo, los astrónomos utilizan un sistema equivalente llamado sistema de coordenadas ecuatoriales, basado en la proyección del ecuador terrestre y el meridiano de Greenwich sobre la esfera celeste. Los dos parámetros esenciales de este sistema son la declinación (Dec) y la ascensión recta (AR o \(\alpha\)). Este sistema permite especificar con precisión la posición de una estrella, galaxia o planeta en la bóveda celeste.
La esfera celeste es una construcción geométrica que representa el cielo como una esfera centrada en el observador, infinitamente distante. Al proyectar los ejes terrestres, se obtiene una cuadrícula de coordenadas celestes fijas. A diferencia de las coordenadas horizontales (azimut y altura), que dependen del lugar y del momento de observación, las coordenadas ecuatoriales son independientes del observador.
La declinación (denotada \(\alpha\)) es el análogo celeste de la latitud terrestre. Mide el ángulo entre el objeto celeste y el ecuador celeste, en el plano norte-sur. Expresada en grados, minutos y segundos de arco, varía de \(+90^\circ\) (en el polo celeste norte) a \(-90^\circ\) (en el polo celeste sur).
La ascensión recta (denotada \(\alpha\)) es el análogo celeste de la longitud, pero expresada en horas, minutos y segundos, ya que está relacionada con la rotación de la Tierra. Se mide desde el punto vernal (o punto gamma, donde el Sol cruza el ecuador en el momento del equinoccio de primavera) hacia el este, hasta la proyección del meridiano que pasa por el objeto. La ascensión recta varía de \(0^\mathrm{h}\) a \(24^\mathrm{h}\), es decir, un giro completo de 360°.
La combinación \((\alpha, \delta)\) permite así situar con precisión cualquier objeto fijo en la esfera celeste, independientemente del tiempo y del lugar de observación, excepto correcciones debidas a la precesión de los equinoccios, la nutación o la refracción atmosférica para mediciones precisas.
Visto desde la Tierra, la esfera celeste parece girar alrededor del eje de los polos celestes en 23h56m (un día sidéreo). En este movimiento aparente, los objetos celestes se desplazan de este a oeste a una velocidad de 15° por hora, lo que corresponde a 1 hora de ascensión recta. Así, el conocimiento de la AR y la Dec permite predecir el momento exacto en que un astro aparecerá en una cierta posición en el cielo.
Los telescopios ecuatoriales motorizados utilizan estas coordenadas para seguir automáticamente los objetos celestes, compensando la rotación terrestre mediante un motor que gira a la velocidad sidérea.
Para localizar un astro dado, los catálogos astronómicos como el catálogo Messier o el NGC siempre indican las coordenadas ecuatoriales (a menudo en una época de referencia, típicamente J2000.0). Por ejemplo, la galaxia de Andrómeda (M31) tiene las coordenadas:
Esto significa que está cerca del polo norte celeste, por lo que siempre es visible desde las latitudes templadas del hemisferio norte.
Software como Stellarium o aplicaciones móviles permiten hoy en día ingresar directamente estas coordenadas para mostrar la posición de un objeto y apuntar un instrumento de observación.
El sistema de coordenadas ecuatoriales, con la declinación y la ascensión recta como ejes fundamentales, constituye una cuadrícula estable, precisa y universal para mapear el cielo. Permite a los astrónomos localizar y seguir los objetos celestes con gran precisión, facilitando la observación, la navegación espacial y la investigación astrofísica.
Aunque abstractas a primera vista, estas coordenadas se vuelven rápidamente intuitivas para cualquiera que utilice una montura ecuatorial, software de planetario o esté interesado en los mecanismos celestes fundamentales.