La Tierra posee una estructura interna estratificada que resulta de miles de millones de años de diferenciación gravitacional y enfriamiento planetario. Cada capa, desde la corteza hasta el núcleo, tiene propiedades físicas y químicas distintas. Estas características determinan la tectónica, el vulcanismo, el campo magnético y los movimientos internos del planeta.
La corteza terrestre es la capa externa rígida. Se divide en corteza continental, granítica y más gruesa, y corteza oceánica, basáltica y más delgada. La corteza contiene los minerales esenciales para el ciclo geoquímico, como el silicio, el aluminio y el hierro. Juega un papel crucial en el soporte de los continentes y la dinámica de las placas tectónicas.
N.B.: La corteza continental puede alcanzar 70 km bajo las cadenas montañosas, mientras que la corteza oceánica generalmente no supera los 10 km. Las diferencias de densidad y composición influyen en la subducción y la formación de dorsales oceánicas.
El manto se encuentra debajo de la corteza y se extiende hasta el núcleo externo. Está compuesto por rocas silicatadas ricas en magnesio y hierro. El manto superior, parcialmente dúctil, permite la convección, motor de la tectónica de placas y responsable del vulcanismo de punto caliente. El manto inferior es más rígido, pero puede deformarse lentamente bajo alta presión.
N.B.: El manto superior puede alcanzar 660 km y el manto inferior ~2.200 km. Las velocidades de convección en el manto superior son de unos pocos centímetros por año, suficientes para provocar la deriva continental y la formación de relieves y montañas.
El núcleo terrestre comprende el núcleo externo y el núcleo interno. Está compuesto principalmente por hierro y níquel. Los movimientos convectivos del núcleo externo generan el campo magnético terrestre, que protege al planeta de los vientos solares y las radiaciones cósmicas.
N.B.: El núcleo externo puede alcanzar ~2.200 km y el núcleo interno puede alcanzar ~1.220 km. La temperatura del núcleo interno supera los 5.000 K, comparable a la de la superficie del Sol. La presión allí alcanza aproximadamente 360 GPa, lo que solidifica el hierro a pesar de la alta temperatura.
Capa | Espesor (km) | Composición principal | Comentario |
---|---|---|---|
Corteza continental | 30 a 70 | Granito | Sólida y rígida, soporta los continentes y la biodiversidad terrestre |
Corteza oceánica | 5 a 10 | Basalto | Delgada, forma los fondos oceánicos y es reciclada por subducción |
Manto superior | ~660 | Silicatos ricos en Mg y Fe | Parcialmente dúctil, motor de la tectónica y el vulcanismo |
Manto inferior | ~2.200 | Silicatos densos | Alta rigidez, transmite ondas sísmicas y soporta el núcleo |
Núcleo externo | ~2.200 | Hierro y Níquel (líquido) | Líquido, genera el campo magnético e influye en el geodinamo |
Núcleo interno | ~1.220 | Hierro y Níquel (sólido) | Sólido, alta presión, núcleo central y memoria térmica del planeta |
El núcleo externo de la Tierra es líquido, mientras que el núcleo interno es sólido. Esto puede parecer paradójico ya que el núcleo interno está más caliente. La clave está en la presión: cuanto más profundo se va, mayor es la presión. Esta presión comprime el metal, obligándolo a permanecer sólido a pesar del calor extremo. En el núcleo externo, la presión es menos abrumadora, por lo que el hierro y el níquel pueden comportarse como un líquido.
Esta diferencia de estado es crucial: el líquido del núcleo externo crea movimientos de convección que generan el campo magnético terrestre, protegiendo al planeta de las partículas solares y permitiendo la vida tal como la conocemos.
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