El espacio interplanetario está lejos de ser vacío, se llena de polvo y material que data de la creación del sistema solar. Los asteroides y cometas, metálicos y objetos rocosos, avanzando a un ritmo vertiginoso en torno a los planetas y nuestro Sol.
A veces sus órbitas cruzan la de la Tierra o la Tierra causando una colisión, la energía liberada por el impacto es aterrador. Meteoritos y cometas bombardean nuestro planeta desde el nacimiento del sistema solar. Aunque parece que tranquilamente instalado en sus órbitas entre Marte y Júpiter, que a veces son destructivas y que probablemente la aparición de la vida en la Tierra. Los asteroides son nuestros vecinos más cercanos, están en una u otra forma, vinculados a nuestro destino.
Los que cruzan nuestra órbita son llamados los Asteroides cercanos a la Tierra. Astrónomas consideraron las trayectorias de los asteroides susceptibles de poner fin a millones de vidas humanas sobre nuestro planeta. Apophis es un asteroide de pequeña talla ya que hace 250 metros de anchura y podría representar una amenaza. Estimamos actualmente a una suerte sobre 45 000 la probabilidad que esta piedra venga para estrellarse en el océano Pacífico el 13 de abril de 2036.
Los Asteroides cercanos a la Tierra son supervisados continuamente por un sistema automatizado (Sentry), que analiza los asteroides más peligrosos y considera las posibilidades de futuro impacto con la Tierra, en los próximos 100 años.
Un asteroide es un objeto celeste no observable a simple vista a causa de su pequeña talla que varía algunas decenas de metros a varias centenas de kilómetros de diámetro. Forman parte de nuestro sistema solar y giran alrededor de Él.
Los objetos de menos de 50 m de diámetro son llamados unos meteoritos. Los no son unos satélites de planetas sino pedazos del disco original que no consiguieron reagruparse en planetas durante su formación. Los asteroides tienen una gran importancia en la comprensión de la formación del sistema solar, es por la razón que los astrónomos muestran un interés fuerte en el estudio de estos objetos.
El primer asteroide fue descubierto por casualidad el 31 de diciembre de 1800 por Giuseppe Piazzi, director, en la época, del observatorio de Palermo, en la Sicilia. Justo observando la constelación del Toro, él percibió un objeto no identificado que se desplaza muy lentamente en el cielo nocturno.
Su colega, Carl Friedrich Gauss determinó la distancia exacta de este objeto desconocido y colocó este astro entre los planetas el marzo y Júpiter.
Piazzi le nombró Ceres, del nombre de la diosa griega que hace sacar la savia de la tierra y que cultiva los jóvenes retoños en primavera.
Entre 1802 y 1807, tres otros cuerpos fueron descubiertos : Pallas, Junon y Vesta. En 1868, 100 asteroides fueron conocidos. El 1000 descubrimiento homologado se efectuó en 1921 y la 10 000 en 1989. En marzo de 2006, había 129 436 asteroides homologados. La sonda NEAR Shoemaker (Near Earth Asteroid Rendezvous) fue lanzada el 17 de febrero de 1996 por la NASA para estudiar detalladamente a Eros, uno de los asteroides más gruesos geocruceros.
Esta sonda dio una cartografía completa de Eros en 2000, finalmente se aterrizó sin daño sobre el asteroide, el 12 de febrero de 2001 y envió su última señal el 28 de febrero de 2001.
Entre marzo y Júpiter (de 300 a 600 millones de km del Sol). Los asteroides principalmente se sitúan en el cinturón principal, entre las órbitas de marzo y de Júpiter. Encontramos allí varias centenas de millares de objetos catalogados. Todos sus objetos habrían podido formar un planeta en esta zona pero las perturbaciones gravitacionales de Júpiter no lo permitieron. Júpiter desempeñó el papel de protector de la vida sobre nuestro planeta. Sin Júpiter, el bombardeo sobre Tierra sería 1000 veces más frecuente.
En el cinturón de Kuiper (entre 35 y 100 tipos de UA del Sol). Esta zona contiene objetos helados, y pues no son hablando con propiedad asteroides.
Este cinturón es más bien una guardería infantil de cometas. El primer miembro es descubierto en 1992. Contamos hoy un poco más de 1000.
Los Británicos llaman los asteroides de este tipo del "cubewanos".
Más grande identificado hasta hoy es Quaoar (1280 km de diámetro).
En la nube de Oort (entre 20000 y 150000 tipos de UA alrededores).
Esta zona del cielo, el resto de nebulosa original, contendría mil millones de núcleos de cometas y sería la fuente de la inmensa mayoría de los nuevos cometas que entran en las regiones centrales del sistema solar. La Nube de Oort constituye el depósito de los cometas a período largo.
Tiene un diámetro 1000 la vez superior al del sistema solar que conocemos con sus 8 planetas.
Todavía derriba hoy a la superficie de la Tierra varios millares de toneladas de materia procedente del espacio.
Se trata de polvos interplanetarios. Otros son más gruesos, pero su número se volvió muy débil si se lo compara con lo que estaba a la formación del Sistema solar. Durante la formación de los planetas, mientras que su superficie era semi líquido, un número considerable de meteoritos atestaba el espacio.
Sus impactos con otros objetos del sistema solar son responsables de cráteres que se observa por todas partes en el Sistema solar.
Este gran bombardeo duró varias centenas de millones de años.
El riesgo de un impacto superior comenzó a invadir las conciencias al principio de los años 1980, cuando la comunidad científica tuvo las primeras pruebas que tal cataclismo ya se había producido repetidas veces en la historia de la Tierra. Al principio de los años 1990, los astrofísicos comprendieron que la estabilidad que reina en nuestro sistema solar sólo era aparente, cuando el astrónomo francés Santiago Laskar demostró que el movimiento de los cuerpos en el espacio seguía las leyes del caos. Consecuencias es que es imposible prever a largo plazo las trayectorias de los objetos que pueblan nuestro sistema solar.
Ya llegó muchas veces y la vida cada vez, desapareció al 90 %. Los geólogos demostraron que la causa era de allí, una colisión con un asteroide. Sabemos hoy estimar este riesgo. A varias centenas de km a la altura de México, el 23 de abril de 2001, un meteorito de 5 m de diámetro se consumió por encima del océano Pacífico. Su explosión a alta altitud en la atmósfera desempeñó una energía equivalente a la mitad de la bomba de Hiroshima. Imaginemos que este objeto hubiera medido 50 metros, entonces la explosión habría sido mil veces más violenta, sin toda vez provocar una catástrofe porque se habría consumido en alta altitud.
Engordemos el objeto por 10, hace entonces 500 metros de diámetro.
La energía que hay que disipar es 1 millón de veces más grande. La atmósfera entonces sería traspasada y el objeto provocaría un gigantesco maremoto matando varias centenas de millares de personas sobre las costas americanas y asiáticas. Con 5 kilómetros de diámetro su impacto sería un mil millones más poderoso de veces y habría engendrado un apocalipsis digno los peores castigos divinos. Sin embargo los riesgos de colisión entre estos objetos y la Tierra si son cada vez más raros, no son nulos.
Un asteroide de 1 a 3 metros de diámetro que entra en la atmósfera no causa ningún daño debido a una desintegración total se produce durante el paso por la atmósfera.
Asteroide 2008 TC3 entró en la atmósfera con un bajo ángulo de incidencia (19 grados) y la baja velocidad relativa (12.8 km/segundo), 7 de octubre de 2008 a 2 h 46 UTC (UTC o en Inglés UT).
2008 TC3 es especial porque se ha observado, incluso antes de su caída a la Tierra.
Hasta que a pocos metros de diámetro, estos objetos no son enormes para nuestro planeta Tierra.
Son programas de monitoreo que tiene el objeto y el cielo seguimiento de predecir con precisión la fecha y el lugar de su caída en el Desierto de Nubia en Sudán.
Su fragilidad y porosidad han sorprendido a todos los científicos.
N.B.: La explosión de un asteroide de 10 metros sobre Indonesia ocurrió el 8 de octubre 2009 en la atmósfera superior, a una altura de 15 a 20 kilómetros. Que ha causado ningún daño a la Tierra a pesar de una potencia equivalente a 3 veces la bomba nuclear que devastaron Hiroshima en 1945 (aproximadamente 50 000 toneladas de TNT).
Un asteroide de 60 metros de diámetro que penetra en la atmósfera en un ángulo de incidencia es muy baja (unos pocos grados), no para cruzar la atmósfera y no causa daño alguno.
Sólo rebota en la atmósfera de la Tierra y de vuelta al espacio.
Esto sucedió en 10/08/1972 en el cielo de Montana en el norte de Estados Unidos.
La probabilidad de que esto ocurre es una vez cada 200 años
Un asteroide de 75 metros de diámetro provocaría un cráter de 1700 metros de diámetro y destruiría una ciudad como Madrid matando a 5000 personas.
La probabilidad que esto llega es de una vez cada 1000 años.
Un asteroide de 350 metros de diámetro provocaría un cráter de 6000 metros de diámetro y destruiría una zona como Ile-de-France matando a 500000 personas. La probabilidad que esto llega es de una vez cada 16000 años.
Apophis (250 metros) podría ser la amenaza próxima. Estimamos actualmente a una posibilidad sobre 45000.
La probabilidad que venga para estrellarse en el océano Pacífico el 13 de abril de 2036.
Un asteroide de 700 metros de diámetro provocaría un cráter de 12 kilómetros de diámetro y destruiría una zona como un cuarto de Francia matando a 1,5 mil millones de personas a causa del maremoto puesto en marcha a la escala de un hemisferio terrestre.
La probabilidad que esto llega es de una vez cada 63000 años.
Un asteroide de 1700 metros de diámetro provocaría un cráter de 30 kilómetros de diámetro y destruiría una zona como Francia matando a 1,5 mil millones de personas a causa del maremoto puesto en marcha a la escala de un hemisferio terrestre y a causa de la modificación del clima que se lo seguiría con desaparición del lecho de ozono.
La probabilidad que esto llega es de una vez cada 250000 años.
Un asteroide de 3 kilómetros de diámetro provocaría un cráter de 60 kilómetros de diámetro y destruiría una zona como Francia y sus países vecinos matando a 2,5 mil millones de personas a causa del maremoto puesto en marcha a la escala de un hemisferio terrestre, a causa de la modificación del clima y de los incendios.
La probabilidad que esto llega es de una vez todos los millones de años.
Un asteroide de 7 kilómetros de diámetro provocaría un cráter de 125 kilómetros de diámetro y destruiría una zona como Europa matando a 3 mil millones de personas a causa del maremoto puesto en marcha a la escala de un hemisferio terrestre, a causa de la modificación del clima durable y de los incendios.
La probabilidad que esto llega es de una vez todos los 10 millones de años. Alcanzamos aquí una extinción de masa.
Un asteroide de 16 kilómetros de diámetro provocaría un cráter de 200 kilómetros de diámetro y tendría una repercusión mundial matando a 6 mil millones de personas a causa de los maremotos puestos en marcha a la escala del planeta, a causa de la modificación del clima a término muy largo.
La probabilidad que esto llega es de una vez todos los 100 millones de años. Extinción de masa como la que hubo hace 65 millones de años que provocaban la desaparición de los dinosaurios y del 90 % de las especies.
Millones de asteroides frecuentan la región del espacio entre marzo y Júpiter.
El cinturón de Kuiper es de más mil mil millones de cometas y por lo menos tanto en la nube de Oort. Todos estos objetos sufren las leyes de la mecánica celeste y su ballet alrededor del Sol es caótico por naturaleza.
La menor perturbación basta con revolver su órbita. Basta por ejemplo que un asteroide sufra perturbación mínima pasando cerca de un satélite de Júpiter para que su trayectoria sea desviada peligrosamente con destino a la Tierra.