Descubierta en 1892 por Edward Emerson Barnard (1857-1923), Amaltea es la tercera luna de Júpiter por orden de distancia y una de las más intrigantes de sus satélites interiores. Con un radio medio de unos 83 km, presenta una forma irregular que evoca una roca gigante deformada por la gravedad del planeta. Su intenso color rojo intriga a los planetólogos: podría estar relacionado con compuestos de azufre procedentes de las erupciones de Ío o con una fina capa de polvo interplanetario atrapado en su superficie.
Amaltea orbita alrededor de Júpiter a unos 181.000 km de distancia, es decir, apenas 2,5 radios jovianos del centro del planeta. Se encuentra dentro del sistema de anillos tenues de Júpiter y contribuye directamente a su alimentación. Los micrometeoritos que golpean su superficie eyectan constantemente polvo que se integra en el anillo de Gossamer. Esta interacción dinámica entre gravedad, polvo y plasma crea un entorno complejo, donde la densidad de materia varía según la latitud magnética joviana.
Las mediciones realizadas por la sonda Galileo revelaron que Amaltea tiene una densidad media de solo 0,86 g/cm³, inferior a la del agua. Este valor indica una composición principalmente de hielo mezclado con material poroso y fracturado. Con una gravedad superficial de solo \(1,8 \times 10^{-3}\) m/s², un astronauta podría saltar fácilmente cientos de metros de altura. Esta baja densidad refuerza la hipótesis de un origen primitivo, quizás un fragmento helado capturado en los primeros tiempos del sistema joviano.
Amaltea muestra relieves pronunciados: el monte Pan y el cráter Gea alcanzan varios kilómetros de profundidad. Estas estructuras indican impactos violentos y una cohesión interna débil. Su órbita, muy cercana a Júpiter, la expone además a un intenso bombardeo de partículas energéticas atrapadas en la magnetosfera del planeta. La radiación incidente provoca una carga electrostática fluctuante y una erosión lenta de los materiales de la superficie.
A pesar de su pequeño tamaño, Amaltea refleja fuertemente la luz del Sol, volviéndose a veces visible como un punto rojizo durante las ocultaciones jovianas. Su superficie, compuesta de materiales irregulares, difunde la luz según una ley de Rayleigh modificada. La radiación reflejada por Amaltea ilumina débilmente las capas superiores de los anillos internos, contribuyendo así a la tenue luminosidad difusa observada en el entorno de Júpiter.
N.B.:
Las lunas interiores de Júpiter (Metis, Adrastea, Amaltea y Tebe) orbitan todas dentro de la magnetosfera joviana. Su interacción con el plasma coronal genera arcos luminosos y una emisión de radio detectable desde la Tierra.
| Parámetro | Valor medio | Unidad | Comentario |
|---|---|---|---|
| Radio medio | 83,5 | km | Forma irregular, muy alargada (250 × 146 × 128 km) |
| Masa | 2,08 × 1018 | kg | Baja gravedad, cercana a \(1,8 \times 10^{-3}\) m/s² |
| Densidad | 0,86 | g/cm³ | Indica una estructura porosa compuesta de hielo y silicatos |
| Distancia media a Júpiter | 181.366 | km | Situada en el anillo de Gossamer interno |
| Período orbital | 0,498 | días terrestres | Órbitas sincronizadas, rotación bloqueada en Júpiter |
Fuente: NASA – Jet Propulsion Laboratory, Misión Galileo (1995–2003).