Descripción de la imagen: En los vuelos parabólicos, durante la fase de descenso, los pasajeros no pueden distinguir entre la ausencia de gravedad (como en el espacio) y estar en caída libre. Esto refleja directamente el principio de equivalencia de Einstein, donde un observador en un marco de referencia en caída libre no puede percibir los efectos de la gravedad. Crédito de la imagen NOVESPACE.
El principio de equivalencia es un concepto clave de la relatividad general, que vincula dos nociones fundamentales: la masa gravitacional y la masa inercial. Aunque estos dos tipos de masa describen fenómenos diferentes, son equivalentes.
Albert Einstein (1879-1955) imaginó una situación hipotética donde una persona se encuentra en una cabina de ascensor completamente cerrada, sin posibilidad de ver el exterior. Esta cabina puede estar en caída libre en un campo gravitacional o en un marco de referencia acelerado en el espacio. Formuló esta idea para demostrar que la persona no podría distinguir si siente una fuerza gravitacional o una fuerza de inercia debido a la aceleración.
La masa gravitacional es aquella que determina la fuerza con la que un objeto es atraído en un campo gravitacional. En cambio, la masa inercial mide la resistencia de un cuerpo a cualquier cambio en su movimiento. Formalmente, estos dos conceptos se definen por:
Según el principio de equivalencia, estas dos masas son iguales: $m_g = m_i$. Esta equivalencia ha sido verificada experimentalmente con gran precisión.
El principio de equivalencia estipula que los efectos de un campo gravitacional son indistinguibles de los de una aceleración en un marco de referencia no inercial (atracción en un parque de diversiones, coche en una curva, Tierra girando alrededor de su eje, etc.). Esto lleva a una consecuencia notable: todos los objetos, independientemente de su masa o composición, caen con la misma aceleración en un campo gravitacional en ausencia de resistencia del aire.
En relatividad general, la gravitación ya no se considera una fuerza clásica, sino una manifestación de la curvatura del espacio-tiempo. El principio de equivalencia permite explicar por qué un objeto en caída libre no siente una fuerza gravitacional, ya que sigue una geodésica en el espacio-tiempo curvado.