Descripción de la imagen: La ecuación de Schrödinger permite comprender el comportamiento probabilístico de las partículas subatómicas y calcular los estados posibles de un sistema cuántico.
La Ecuación de Schrödinger, formulada en 1925 por el físico austriaco Erwin Schrödinger (1887-1961), es un pilar fundamental de la mecánica cuántica. Proporciona una representación matemática de la evolución temporal de los sistemas cuánticos, relacionando la función de onda con la energía del sistema. A diferencia de las leyes de la mecánica clásica, que describen trayectorias deterministas, la Ecuación de Schrödinger permite comprender el comportamiento probabilístico de las partículas subatómicas.
La Ecuación de Schrödinger generalmente se escribe en dos formas: la forma dependiente del tiempo y la forma independiente del tiempo. En la forma general dependiente del tiempo, el primer término describe cómo varía la función de onda de la partícula en el espacio, en relación con su energía cinética. El segundo término describe cómo el entorno o las fuerzas externas influyen en la partícula. La Ecuación de Schrödinger relaciona estos dos términos para determinar la energía total de la partícula.
$$i\hbar \frac{\partial}{\partial t} \Psi(\mathbf{r}, t) = \hat{H} \Psi(\mathbf{r}, t)$$
La función de onda, $\Psi(\mathbf{r}, t)$, contiene toda la información sobre el sistema cuántico, y su cuadrado da la densidad de probabilidad de presencia de la partícula en una posición dada. Por lo tanto, la ecuación establece una relación entre la energía, el estado de la partícula y su probabilidad de localización en el espacio-tiempo.
La interpretación probabilística de la mecánica cuántica, introducida por Max Born (1882-1970), se basa en la idea de que la función de onda $\Psi$ no da una posición precisa de una partícula, sino una probabilidad de su presencia en un volumen dado. Así, la Ecuación de Schrödinger nos permite calcular los estados posibles de un sistema cuántico, así como las probabilidades de sus diferentes configuraciones.
Si tomamos la analogía de una pelota lanzada al aire:
La Ecuación de Schrödinger hace lo mismo, pero para una partícula cuántica con propiedades ondulatorias.
N.B.: La Ecuación de Schrödinger, que describe la evolución de un sistema cuántico, es en sí misma un reflejo de las simetrías del sistema. La invariancia de esta ecuación con respecto a ciertas transformaciones (como traslaciones o rotaciones) está directamente relacionada con las leyes de conservación según el teorema de Noether, donde cada simetría continua de una acción física corresponde a una ley de conservación (energía, carga o movimiento).
La Ecuación de Schrödinger es fundamental para comprender fenómenos cuánticos como la cuantización de los niveles de energía, los estados estacionarios y la dualidad onda-partícula. Ha permitido avances importantes en campos como la química cuántica, la física del estado sólido y la física de partículas. Se utiliza para modelar sistemas atómicos, moleculares e incluso algunos sistemas macroscópicos sometidos a interacciones cuánticas.
La Ecuación de Schrödinger marca una ruptura con la visión clásica del mundo, donde los objetos siguen trayectorias bien definidas. En el marco de la mecánica cuántica, introduce una nueva comprensión de la realidad, donde las partículas ya no existen como objetos distintos, sino como probabilidades de estar en un lugar dado. Esta visión revolucionaria no solo ha remodelado nuestra comprensión de lo infinitamente pequeño, sino que también ha abierto el camino a tecnologías avanzadas, como los transistores y semiconductores, los láseres, la microscopía electrónica y de efecto túnel, la ciencia de materiales, la imagen médica, las computadoras cuánticas, los sensores cuánticos, etc.