Descripción de la imagen: La galaxia espiral NGC 1566 vista de frente se muestra dos veces. A la izquierda, las observaciones de Webb combinan la luz infrarroja cercana y media. A la derecha, las de Hubble muestran la luz visible y ultravioleta. El polvo absorbe la luz ultravioleta y visible, y luego la reemite en el infrarrojo. En las imágenes de Webb, vemos el polvo brillando en la luz infrarroja. En las imágenes de Hubble, las regiones oscuras son aquellas donde la luz de las estrellas es absorbida por el polvo. Fuente de la imagen: NASA, ESA, CSA, STScI, Janice Lee.
Una galaxia es una estructura cósmica gigantesca compuesta por miles de millones de estrellas, planetas, gases, polvo, materia oscura y agujeros negros. Cada galaxia es un sistema complejo donde estos elementos interactúan bajo la influencia de la gravedad.
Las galaxias aparecieron hace unos 13 a 13,5 mil millones de años, poco después de la formación de las primeras estrellas. Su evolución ha sido moldeada por procesos complejos, incluyendo la fusión de galaxias, la formación de estrellas y la influencia de la materia oscura.
Las estrellas son los componentes más visibles de una galaxia. Nacen en nubes de gas y polvo llamadas nebulosas. Las estrellas varían en tamaño, masa y temperatura, desde enanas rojas hasta gigantes azules. Su ciclo de vida, desde el nacimiento hasta la muerte, influye en la dinámica de la galaxia.
Alrededor de muchas estrellas orbitan planetas, formando sistemas planetarios. Estos planetas pueden ser rocosos, como la Tierra, o gaseosos, como Júpiter. Algunos pueden albergar vida, lo que convierte a las galaxias en lugares potenciales para la búsqueda de vida extraterrestre.
El gas interestelar, principalmente hidrógeno y helio, llena el espacio entre las estrellas. Este gas es crucial para la formación de nuevas estrellas. Cuando se condensa bajo el efecto de la gravedad, da lugar a viveros estelares.
El polvo interestelar está compuesto de diminutas partículas sólidas. Juega un papel clave en la formación de estrellas y planetas al absorber y reemitir la luz, influyendo en la temperatura y la química de las nubes moleculares.
La materia oscura es una sustancia misteriosa que no emite ni absorbe luz, pero cuya presencia se deduce por sus efectos gravitacionales. Representa aproximadamente el 85 % de la materia total de una galaxia y es esencial para explicar la rotación de las galaxias.
En el centro de muchas galaxias se encuentra un agujero negro supermasivo. Estos objetos extremadamente densos ejercen una atracción gravitacional tan fuerte que ni siquiera la luz puede escapar. Juegan un papel clave en la evolución de las galaxias.