En la inmensidad del cosmos, algunas fusiones galácticas escapan a la banalidad. El telescopio espacial Hubble capturó una de estas interacciones raras: la fusión de tres galaxias formando una silueta aérea y luminosa que recuerda a la de Campanilla. Mucho más que un juego de formas, este fenómeno resulta de una dinámica gravitacional compleja y fascinante.
Las fusiones galácticas generalmente involucran dos galaxias espirales o elípticas, pero en casos raros, una tercera entra en juego. Aquí, las tres galaxias se atraen mutuamente en una danza gravitacional de N cuerpos dominada por sus halos de materia oscura. Estas galaxias, probablemente espirales, alguna vez fueron independientes. Sus trayectorias convergieron como resultado de interacciones gravitacionales a gran escala, probablemente dentro de un cúmulo de galaxias localizado.
Cada galaxia transporta consigo un séquito de estrellas, gas interestelar, polvo y un núcleo activo o no. Cuando interactúan, las fuerzas de marea deforman sus brazos espirales, provocando puentes de materia y colas de marea que se extienden por decenas de miles de años luz.
La imagen que evoca a Campanilla es el fruto de esta dinámica caótica. Una de las galaxias parece constituir la "cabeza" luminosa del hada, mientras que las otras dos forman sus "alas" etéreas. El polvo interestelar refleja la luz de las jóvenes estrellas masivas recién formadas en zonas de formación estelar intensa. Estas estrellas azuladas trazan curvas elegantes alrededor de los núcleos galácticos, resaltando visualmente el motivo de una figura celestial danzante.
La dinámica observada no puede explicarse únicamente por las masas visibles. Los halos de materia oscura de cada galaxia interactúan primero, formando un pozo de potencial común en el que se sumergen los discos estelares. Este pozo gravitacional genera una transferencia de energía cinética y un calentamiento dinámico del sistema, conduciendo a la fusión progresiva de los núcleos galácticos.
El gas intergaláctico, por su parte, se comprime como consecuencia de los choques hidrodinámicos entre los discos galácticos. Estas ondas de choque favorecen la formación de estrellas masivas, principalmente en las zonas de superposición. Estas estrellas jóvenes ionizan su entorno, produciendo una radiación UV intensa que acentúa el aspecto visual espectacular del conjunto.
Esta fusión de tres galaxias culminará en varios cientos de millones de años con la coalescencia de los núcleos galácticos. El resultado probable será una galaxia elíptica gigante, estéril en términos de formación estelar, pero que contendrá los restos de miles de millones de estrellas de las tres galaxias progenitoras. Este proceso es análogo a lo que ha dado forma a algunas de las galaxias más grandes del Universo observable.
La analogía con Campanilla no es solo una fantasía visual. Recuerda cuánto la naturaleza puede generar estructuras sorprendentemente estéticas, resultado de interacciones físicas rigurosamente determinadas. La belleza de los fenómenos astrofísicos no se reduce a su aspecto visual: también reside en la complejidad de las fuerzas fundamentales que los orquestan.