La galaxia Cartwheel (ESO 350-40) es una galaxia anular situada a unos 500 millones de años luz en la constelación del Escultor. Su forma espectacular, similar a una rueda de carreta, es el resultado de una colisión frontal con una galaxia más pequeña, ocurrida hace varios cientos de millones de años.
El impacto desencadenó una onda de densidad que se propagó hacia el exterior, comprimiendo los gases interestelares y provocando una formación masiva de estrellas, de color azul. Esta onda, similar a una onda de choque, es responsable del anillo externo luminoso, rico en estrellas azules jóvenes y regiones HII muy activas. Las regiones HII deben su nombre a la presencia en gran cantidad de hidrógeno ionizado H+, es decir, un simple protón.
La galaxia Cartwheel es el resultado de una colisión frontal casi central con una galaxia intrusa más pequeña. Esta colisión comprimió los gases y polvo del disco, desencadenando la formación de un anillo de estrellas, pero también expulsó gas interestelar y polvo hacia las regiones exteriores, bajo el efecto de la presión gravitacional y la inercia de las capas externas. Esta pequeña nube azul, en forma de ojo, es visible fuera de la rueda.
La imagen capturada por el telescopio espacial Hubble en los años 90 reveló por primera vez la forma espectacular de la galaxia Cartwheel. En el dominio visible, Hubble muestra un anillo externo azul rico en estrellas masivas jóvenes, una estructura interna más difusa y filamentos de materia expulsados por la colisión. El núcleo aparece como una mancha luminosa poco detallada, en parte enmascarada por el polvo interestelar. Los brazos en forma de arco sugieren una propagación de ondas de densidad, pero la resolución y sensibilidad limitadas al infrarrojo restringen la lectura de los procesos internos. A pesar de esto, esta imagen marcó un punto de inflexión en la comprensión de las galaxias anulares, proporcionando un testimonio visual impactante de una interacción violenta.
La imagen adquirida por el telescopio James Webb en 2022 ha redefinido la observación de la galaxia Cartwheel. Gracias a sus instrumentos NIRCam (cámara de infrarrojo cercano) y MIRI (cámara de infrarrojo medio), JWST atraviesa las cortinas de polvo y revela una estructura interna extraordinariamente compleja. Se pueden ver filamentos finos, bolsas de formación estelar en el anillo interior y detalles hasta entonces invisibles en el núcleo galáctico. La radiación térmica de los polvos calientes y las estrellas jóvenes se hace aparente, mostrando la propagación espacial de la onda de choque en el corazón mismo de la galaxia. Esta imagen revela un instante de un sistema dinámico en plena reorganización, inaccesible al ojo óptico.
Desde su lanzamiento en 1990, el telescopio espacial Hubble (HST) ha revolucionado nuestra comprensión del cosmos gracias a sus observaciones en el dominio visible y el ultravioleta cercano. Sus imágenes de una precisión sin igual revelan con claridad las estrellas calientes, las galaxias lejanas y las regiones poco oscurecidas por el polvo interestelar.
El telescopio James Webb (JWST), desplegado en 2021, complementa esta visión abriendo una ventana al infrarrojo (0,6 a 28 µm). Esta capacidad le permite atravesar las nubes de polvo, estudiar objetos fríos invisibles para Hubble y mapear los viveros estelares enterrados. Donde Hubble sobresale en el análisis morfológico de las estructuras cósmicas, JWST explora su dinámica oculta, como los agujeros negros supermasivos o las primeras galaxias nacidas después del Big Bang.
Juntos, estos dos gigantes forman un dúo complementario: Hubble retrata la escena visible del Universo, mientras que Webb revela sus entretelones, ofreciendo a los astrónomos una visión integrada de la evolución galáctica.