Cuando los astrónomos apuntaron el telescopio espacial Hubble hacia el centro de la galaxia de Andrómeda (M31), ubicada a unos 2,5 millones de años luz, hicieron un descubrimiento inesperado: su núcleo presenta no uno, sino dos picos distintos de luminosidad. Este fenómeno, conocido como "núcleo doble", se manifiesta como dos concentraciones estelares llamadas P1 y P2, separadas por aproximadamente 0,5 años luz. Una (P2) coincide con la posición del agujero negro supermasivo de M31, mientras que la otra (P1) es más brillante pero descentrada.
Este desdoblamiento es único entre las grandes galaxias espirales cercanas y plantea preguntas sobre la dinámica interna del bulbo central, la distribución de las estrellas y el papel del agujero negro central. ¿Cómo puede persistir una estructura aparentemente inestable?
Los modelos dinámicos sugieren que este núcleo doble podría ser el resultado de un disco de estrellas en órbita excéntrica alrededor del agujero negro central. Las estrellas de este disco siguen trayectorias elípticas que precesan lentamente alrededor de P2. Esta configuración crea una sobredensidad aparente en P1, sin necesidad de la presencia de un segundo agujero negro. Este fenómeno es un ejemplo de distribución estelar desfasada en resonancia gravitacional, estable en el tiempo bajo ciertas condiciones.
La masa del agujero negro central de M31, estimada en aproximadamente \(1.4 \times 10^8\ M_\odot\), influye en la dinámica gravitacional a lo largo de varios años luz. El efecto de lente gravitacional, la rotación diferencial y la dispersión de velocidades son compatibles con esta interpretación, reforzada por simulaciones numéricas de N cuerpos.
Otra hipótesis sugiere una antigua interacción o fusión con una galaxia satélite. Este escenario podría haber inyectado un subsistema estelar excéntrico o modificado el disco central de M31. Algunas observaciones de asimetrías a gran escala, como los bucles de marea visibles alrededor de M31, apoyan esta idea. Sin embargo, no se ha detectado ninguna evidencia directa de un núcleo estelar secundario en el dominio infrarrojo.
La Vía Láctea y Andrómeda (Messier 31) entrarán en colisión dentro de aproximadamente 4 mil millones de años. Comprender la estructura interna de M31 equivale a anticipar el futuro del núcleo de nuestra propia galaxia. Si una configuración de núcleo doble puede surgir naturalmente de un disco estelar perturbado, podría repetirse en el bulbo final de la galaxia fusionada, a veces llamada Milkomeda.
El misterio del núcleo doble de Andrómeda ilustra así la extrema complejidad de las dinámicas galácticas internas, en la interfaz de la mecánica celeste, la dinámica de las poblaciones estelares y la relatividad gravitacional.
La galaxia de Andrómeda y nuestra Vía Láctea dominan gravitacionalmente el Grupo Local, un conjunto de unas 80 galaxias unidas por la gravedad y que se extienden por más de 10 millones de años luz. Este grupo incluye galaxias enanas como M32, NGC 205, la Gran y la Pequeña Nube de Magallanes, pero sus dos miembros principales son M31 y la Vía Láctea, que juntos representan más del 90% de la masa total del grupo.
M31 es ligeramente más masiva que la Vía Láctea, con una masa total estimada en aproximadamente \(1.5 \times 10^{12}\ M_\odot\), en comparación con \(1.0 \times 10^{12}\ M_\odot\) para la Vía Láctea. Su tamaño aparente en el cielo, aunque atenuado por su distancia, se extiende sobre casi 3°, o seis veces el diámetro angular de la luna llena.
La dinámica del Grupo Local muestra que M31 y la Vía Láctea están en trayectoria de colisión, con una velocidad de acercamiento de aproximadamente \(110\ \mathrm{km/s}\). Esta futura fusión resultará en la formación de una nueva galaxia elíptica gigante, prevista en 4 mil millones de años.