Los Agujeros Negros son objetos masivos cuyo campo gravitacional es tan intenso que impide que cualquier forma de materia o radiación escape, incluidas estrellas, planetas, materia, energía e incluso la luz. Los agujeros negros están descritos por la teoría de la relatividad general. Cuando el núcleo de una estrella muerta es demasiado masivo para convertirse en una estrella de neutrones, se contrae inexorablemente hasta formar este objeto astronómico misterioso: el agujero negro.
Los agujeros negros estelares tienen una masa de unas pocas masas solares a miles de millones de masas solares. Nacen tras el colapso gravitacional del residuo de estrellas masivas. Un hombre ya predijo en el siglo XVIII la existencia de estrellas oscuras, el físico, astrónomo y geólogo británico, John Michell (1724-1793). En sus notas escribe que cuando una estrella se vuelve demasiado masiva, atrae la luz bajo la influencia de su fuerza gravitacional. Sin embargo, como sus cálculos dan una densidad de la estrella correspondiente a 18 mil millones de toneladas en un cm³, concluye que eso no puede existir.
NGC 1277 es una galaxia lenticular situada en el cúmulo de Perseo, a unos 220 millones de años luz de la Tierra. Descubierta en 1875 por el astrónomo irlandés Lawrence Parsons (1840-1908), esta galaxia se ha convertido en un objeto de estudio privilegiado desde la revelación en 2012 de su agujero negro central excepcionalmente masivo. Este sistema único desafía los modelos estándar de formación galáctica y ofrece a los astrofísicos una ventana única sobre los procesos extremos que gobiernan la evolución de las galaxias.
El agujero negro supermasivo en el corazón de NGC 1277 presenta propiedades notables:
Las implicaciones astrofísicas del descubrimiento del agujero negro supermasivo en NGC 1277 son profundas y cuestionan varios paradigmas en astrofísica galáctica.
En el modelo estándar, las galaxias y sus agujeros negros centrales evolucionan juntos: la masa del agujero negro está correlacionada con propiedades globales de la galaxia, como la dispersión de velocidad estelar (relación M–σ), la masa del bulbo o la luminosidad esferoidal. Pero en NGC 1277, el agujero negro representa ≈ 14 % de la masa estelar, frente a ≈ 0.1 % a 0.5 % habitualmente. Este desacuerdo mayor sugiere que:
Algunos modelos sugieren que los agujeros negros de galaxias como NGC 1277 se habrían formado muy temprano (z > 2), durante las primeras fases de formación galáctica, en entornos muy densos y favorables para un crecimiento rápido (acreción casi-Eddington sostenida, fusiones rápidas, etc.). NGC 1277 podría, por tanto, albergar un agujero negro fósil de la época de los cuásares, que ha permanecido relativamente inactivo desde entonces.
NGC 1277 es una galaxia compacta, lenticular, con muy poca actividad de formación estelar, que presenta una población estelar antigua (> 10 Gyr) y poco gas. Esto la convierte en una galaxia reliquia:
Si otras galaxias compactas y antiguas como NGC 1277 también albergan agujeros negros desproporcionados, entonces:
La masa extrema del agujero negro de NGC 1277 (hasta 1,7×10¹⁰ M☉) lo convierte en un candidato para probar la relatividad general en régimen fuerte:
El estudio de este sistema se basa en varias técnicas complementarias:
Técnica | Instrumento | Resultados Clave |
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Espectroscopia de Campo Integral | HET (Telescopio Hobby-Eberly) | Dispersión de velocidad estelar |
Fotometría de Alta Resolución | Telescopio Espacial Hubble | Perfil de luminosidad central |
Cinemática de Gas | ALMA | Dinámica del medio interestelar |