Imagen: esta vista colorida de Mercurio se produjo utilizando imágenes de la campaña de imágenes en color durante la primera misión Messenger. Estos colores no son los de Mercurio, han sido realzados para diferenciar el aspecto químico y mineralógico de las rocas que componen la superficie de Mercurio.
Crédito de la imagen: NASA / Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins / Institución Carnegie de Washington.
Masa: Mercurio es el planeta terrestre más pequeño del sistema solar, con un diámetro de unos 4880 kilómetros, o aproximadamente un tercio del tamaño de la Tierra.
La masa de Mercurio es de aproximadamente 3,3 x 10 ^ 23 kg, lo que equivale a aproximadamente el 5,5% de la masa de la Tierra. Aunque es más pequeño que la Tierra, Mercurio es el planeta más masivo de todos los planetas telúricos (o rocosos) del sistema solar, incluidos Venus, la Tierra y Marte. Debido a su masa, Mercurio tiene una gravedad más fuerte de lo que cabría esperar dado su pequeño tamaño. La gravedad de Mercurio es aproximadamente el 38% de la de la Tierra, lo que significa que si pesas 100 kg en la Tierra, pesarías alrededor de 38 kg en Mercurio.
Órbita: La órbita de Mercurio es la más excéntrica de todos los planetas del sistema solar, lo que significa que la distancia entre Mercurio y el Sol varía mucho durante su órbita. En su punto más alejado del Sol, llamado afelio, Mercurio está a unos 70 millones de kilómetros del Sol, mientras que en su punto más cercano, llamado perihelio, Mercurio está a unos 46 millones de kilómetros del Sol. Además, la órbita de Mercurio precede, es decir, la orientación de su órbita cambia lentamente con el tiempo. Esta precesión fue una de las primeras pruebas de la teoría de la relatividad de Albert Einstein.
Día: Mercurio tiene un día sideral (tiempo que tarda en completar una rotación completa sobre su eje) que son aproximadamente 176 días terrestres. Es el día más largo de todos los planetas del sistema solar.
Atmósfera: Mercurio tiene una atmósfera muy fina y tenue. Debido a su baja gravedad y la falta de un fuerte campo magnético, la atmósfera de Mercurio se ve constantemente erosionada por el viento solar y las partículas cargadas de la radiación cósmica.
La atmósfera de Mercurio se compone principalmente de partículas de gas dispersas, principalmente helio y el gas raro llamado "argón", junto con trazas de sodio, potasio, oxígeno e hidrógeno.
La densidad de la atmósfera de Mercurio es muy baja, aproximadamente 10^14 veces menor que la de la Tierra, lo que significa que solo puede contener una cantidad insignificante de aire o vapor de agua.
Superficie: La superficie de Mercurio está marcada por inmensas llanuras, cráteres, montañas y acantilados escarpados.
Las llanuras están compuestas en su mayoría por basalto, una roca volcánica que ha hundido y llenado cráteres de impacto. Los cráteres son omnipresentes y algunos de ellos son muy grandes, como la cuenca Caloris, que tiene alrededor de 1550 km de diámetro. Las montañas escarpadas y los acantilados, llamados "crestas", son el resultado de la contracción de la corteza del planeta.
La superficie de Mercurio también se caracteriza por variaciones en el color y la textura, lo que refleja la composición química y mineralógica de la roca. Las mediciones realizadas por la misión MESSENGER revelaron que la superficie de Mercurio contiene una gran cantidad de silicatos ferrosos y metales pesados, como hierro, aluminio y titanio. Estos elementos probablemente se acumularon como resultado de la acumulación del planeta, que ocurrió hace unos 4500 millones de años.
Debido a su órbita cercana al Sol, la superficie de Mercurio también está sujeta a temperaturas extremas, que pueden alcanzar más de 400 grados Celsius (750 grados Fahrenheit) durante el día, mientras que las temperaturas nocturnas pueden caer por debajo de -170 grados Celsius.
Temperatura: debido a su órbita excéntrica, Mercurio tiene la temperatura más extrema de todos los planetas del sistema solar. La temperatura de la superficie puede alcanzar hasta 427 °C en el lado diurno y descender hasta -183 °C en el lado nocturno.
Densidad: Mercurio es un planeta rocoso denso. Su densidad media es de unos 5,4 g/cm³, que es casi un 30% superior a la densidad de la Tierra. Esta alta densidad sugiere que el planeta tiene un núcleo rico en hierro, que ocupa alrededor del 60% de su radio. Las simulaciones muestran que el núcleo de Mercurio se compone de una mezcla de hierro y níquel, mientras que la corteza y el manto se componen principalmente de silicatos.
Es probable que la alta densidad de Mercurio se deba al efecto del impacto y la compresión gravitacional del planeta durante su formación, así como a su proximidad al Sol, lo que resultó en la pérdida de la mayor parte de su envoltura gaseosa primitiva. La alta densidad de Mercurio también lo hace más resistente a la erosión, razón por la cual el planeta ha conservado muchos cráteres de impacto desde la época en que se formó el sistema solar.
Cráteres: la superficie de Mercurio está cubierta de cráteres de impacto, algo típico de los planetas rocosos del sistema solar. Los cráteres de Mercurio varían en tamaño, forma y profundidad, desde pequeños cráteres de aproximadamente 1 km de diámetro hasta grandes cuencas de impacto de cientos de kilómetros de diámetro.
El cráter de impacto más grande en Mercurio es Caloris Basin, que tiene unos 1.550 km de diámetro y está rodeado de cadenas montañosas. Otros cráteres notables incluyen el cráter Kuiper, el cráter Rachmaninoff y el cráter Debussy.
Los cráteres de impacto en Mercurio dan testimonio de la violenta historia de la formación del sistema solar. Fueron creados cuando grandes cuerpos rocosos, como asteroides o cometas, golpean el planeta a velocidades extremadamente altas, creando choques gigantes y arrojando material a grandes distancias.
Los cráteres de impacto también se utilizan para estudiar la historia geológica de Mercurio, analizando el tamaño, el número y la distribución de los cráteres para determinar la edad relativa de la superficie del planeta.
1973: La misión Mariner 10 se lanzó en 1973, realizó tres sobrevuelos de Mercurio en 1974 y 1975. La misión cartografió alrededor del 45% de la superficie de Mercurio y reveló información sobre la estructura interna del planeta.
2004: La misión MESSENGER (MErcury Surface, Space ENvironment, GEOchemistry y Ranging) se lanzó en 2004, estuvo en órbita alrededor de Mercurio durante cuatro años entre 2011 y 2015. La misión permitió cartografiar el planeta al 100%, descubrir hielo de agua en los cráteres polares y obtener datos precisos sobre la composición química y geológica del planeta.
2018: La misión conjunta de la Agencia Espacial Europea y la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), denominada BepiColombo, se lanzó en octubre de 2018. La misión incluye dos sondas, una para estudiar la superficie del planeta y otra para estudiar su campo magnético. Está previsto que llegue a Mercurio en 2025.