Imagen: JWST Telescopio espacial James Webb de la NASA (dominio público).
El viento solar está compuesto por partículas cargadas, principalmente electrones y protones. Estas partículas son expulsadas de la capa exterior del Sol, llamada corona, a altas temperaturas y velocidades.
El proceso de formación del viento solar está relacionado con la liberación de plasma solar caliente al espacio. Las partículas cargadas de este plasma están sujetas a la influencia del campo magnético solar y son expulsadas en todas direcciones. Este flujo continuo de partículas forma el viento solar, que llena el espacio interplanetario.
La velocidad del viento solar puede variar, pero en promedio es de unos 400 kilómetros por segundo (km/s) o alrededor de 1,4 millones de kilómetros por hora. Puede aumentar durante eventos solares como las erupciones solares, donde se expulsan cantidades significativas de material al espacio a mayor velocidad. Estas variaciones pueden tener impactos en las interacciones entre el viento solar y los campos magnéticos de los planetas, incluida la Tierra.
Los planetas gigantes del sistema solar, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, son conocidos por sus fuertes vientos.
Las velocidades del viento en las superficies de estos planetas se encuentran entre las más altas del sistema solar.
En Júpiter, los vientos más rápidos se encuentran en la Gran Mancha Roja, una tormenta gigante de más del doble del tamaño de la Tierra. Los vientos en la Gran Mancha Roja soplan a velocidades de 360 a 440 kilómetros por hora. Los vientos también son muy violentos en la zona ecuatorial de Júpiter, donde pueden alcanzar velocidades de 500 a 600 kilómetros por hora.
En Saturno, los vientos más rápidos se encuentran en su banda ecuatorial, donde pueden alcanzar velocidades de 1.800 kilómetros por hora. Los vientos de Saturno son uno de los factores que influyen en la dinámica de los anillos de Saturno. Pueden ayudar a mantener los anillos en su lugar, dispersarlos y formar divisiones.
En Urano, los vientos varían según la latitud. En el ecuador, los vientos son retrógrados, lo que significa que soplan en dirección opuesta a la rotación del planeta.
En latitudes más altas, los vientos son más rápidos y soplan en la dirección de rotación del planeta. Las velocidades del viento pueden alcanzar 700 u 800 km/h alrededor de +60° de latitud, pero en promedio, las velocidades del viento en Urano son de alrededor de 200 km/h.
En Neptuno, los vientos más rápidos se encuentran en su zona ecuatorial, donde pueden alcanzar velocidades de 2.200 kilómetros por hora. Estos vientos son responsables de la formación de la Gran Mancha Azul, una tormenta gigante que tiene aproximadamente la mitad del tamaño de la Gran Mancha Roja de Júpiter o una vez el tamaño de la Tierra.
Las razones de los fuertes vientos en los planetas gigantes no se comprenden del todo. Sin embargo, es probable que estos vientos sean causados por la rápida rotación de los planetas. La rotación de Júpiter tiene un período de rotación de 9 horas y 55 minutos, Saturno tiene un período de rotación de 10 horas 33 minutos, Urano tiene un período de rotación de 17 horas, Neptuno tiene un período de rotación de 16 horas 63 minutos. Esta rápida rotación crea una fuerza centrífuga que empuja los gases hacia el exterior, lo que provoca la formación de vientos.