Imagen: En esta fotografía (imagen de la derecha), abajo a la izquierda vemos a Ganímedes pasando frente al monstruo gaseoso, Júpiter.
Crédito de la imagen: NASA.
El planeta Júpiter tiene varias características sorprendentes que lo distinguen de otros planetas del sistema solar. Este gigante gaseoso es un sistema complejo en sí mismo.
Impresionante tamaño: Júpiter es el planeta más grande del sistema solar. Su masa es más del doble de la de todos los demás planetas juntos. Tiene un diámetro de unos 143.000 kilómetros, o unas 11 veces el de la Tierra.
Atmósfera turbulenta: Júpiter es conocido por su atmósfera turbulenta y dinámica. Presenta coloridas bandas de nubes y remolinos gigantes, incluida la famosa Gran Mancha Roja, una tormenta anticiclónica masiva que ha durado siglos.
Sistema de anillos oscuros: aunque los anillos de Júpiter son mucho menos dramáticos que los de Saturno, el planeta tiene un sistema de anillos formado por partículas de polvo. Estos anillos son relativamente oscuros y no muy visibles desde la Tierra.
Satélites principales: Júpiter tiene más de 70 lunas conocidas, incluidas las cuatro lunas galileanas: Io, Europa, Ganímedes y Calisto. Estas lunas son notables por su tamaño y diversidad geológica, y albergan algunos de los entornos más interesantes del sistema solar.
Fuerte campo magnético: Júpiter tiene un campo magnético extremadamente fuerte, unas 20.000 veces más fuerte que el de la Tierra. Este campo magnético genera intensas auroras e influye en el medio ambiente alrededor del planeta.
Estructura interna compleja: Júpiter está compuesto principalmente de hidrógeno y helio, pero su estructura interna es compleja. El planeta probablemente tiene un núcleo rocoso rodeado por una envoltura metálica de hidrógeno y una gruesa capa atmosférica.
Conocemos 95 satélites naturales de Júpiter, incluidos 92 confirmados, incluidos 72 numerados, incluidos 57 nombrados. Júpiter es el planeta del Sistema Solar con el mayor número de satélites naturales observados. Estas lunas son objetos celestes que orbitan alrededor del planeta gigante Júpiter y varían en tamaño, composición y características. Las lunas de Júpiter a menudo se clasifican por su proximidad al planeta y sus propiedades orbitales. Las cuatro lunas galileanas más grandes y conocidas de Júpiter son Io, Europa, Ganímedes y Calisto. Sin embargo, las observaciones y descubrimientos continúan, por lo que es posible que en el futuro se descubran nuevas lunas de Júpiter.
Io es la luna más cercana a Júpiter y la cuarta luna más grande del sistema solar. Es conocido por su intensa actividad volcánica, con erupciones de lava visibles en su superficie. Io tiene un núcleo rocoso y una atmósfera muy delgada compuesta principalmente de dióxido de azufre. Su intensa actividad volcánica se debe al efecto de las fuerzas de marea generadas por la atracción gravitatoria de Júpiter.
Europa es una de las lunas galileanas de Júpiter y es ligeramente más pequeña que la Luna de la Tierra. Se compone principalmente de roca y hielo, y se considera uno de los lugares más prometedores para buscar vida extraterrestre en el sistema solar. Las observaciones han revelado la presencia de un océano subterráneo de agua líquida debajo de su superficie congelada, con una interacción potencial entre el agua y el núcleo rocoso.
Ganimedes es la luna más grande del sistema solar y es más grande que el planeta Mercurio. Tiene una corteza de hielo, un manto de rocas y un núcleo metálico. Ganímedes es la única luna conocida que genera su propio campo magnético, posiblemente debido a su núcleo líquido giratorio.
Calisto es también una luna galileana de Júpiter y es la segunda luna más grande del sistema solar. Tiene una corteza de hielo, un manto de rocas y un núcleo rocoso. Callisto es la luna más antigua de Júpiter, con una superficie salpicada de cráteres de impacto, lo que indica que ha sufrido pocos cambios geológicos a lo largo del tiempo.
1972: Pioneer 10 (EE. UU.) fue una sonda espacial no tripulada lanzada por la NASA el 2 de marzo de 1972. Su objetivo principal era estudiar a Júpiter de cerca y transmitir datos e imágenes del planeta. Pioneer 10 realizó un sobrevuelo de Júpiter el 3 de diciembre de 1973, pasando a una distancia de unos 130.000 kilómetros de la superficie del planeta. La sonda proporcionó las primeras imágenes de primer plano de Júpiter, revelando detalles de la atmósfera, las bandas de nubes y la Gran Mancha Roja.
1973: Pioneer 11 (EE. UU.) fue una sonda espacial no tripulada lanzada por la NASA el 6 de abril de 1973. Su objetivo principal era estudiar de cerca a Júpiter y sus lunas, y continuar su viaje más allá de Júpiter hacia otras regiones del sistema solar.
1977: la NASA lanzó la Voyager 1 (EE. UU.) el 5 de septiembre de 1977. Su propósito original era estudiar los planetas gigantes del sistema solar, incluidos Júpiter y Saturno. La Voyager 1 realizó un sobrevuelo de Júpiter en marzo de 1979, proporcionando imágenes detalladas del planeta, sus lunas y su turbulenta atmósfera. La sonda capturó imágenes notables de la Gran Mancha Roja de Júpiter y descubrió volcanes activos en la luna Io. Después de su sobrevuelo de Júpiter, la Voyager 1 continuó su viaje fuera del sistema solar y se convirtió en la primera sonda en llegar al espacio interestelar en 2012. La Voyager 1 continúa enviando datos desde el espacio interestelar, aunque a una distancia extremadamente distante de la Tierra.
1977: la NASA lanzó la Voyager 2 (EE. UU.) el 20 de agosto de 1977, poco antes que la Voyager 1. Su misión principal era estudiar a Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, convirtiéndose en la única sonda que había visitado estos cuatro planetas gigantes. La Voyager 2 sobrevoló Júpiter en julio de 1979 y capturó imágenes detalladas del planeta, sus lunas y anillos. La sonda también estudió las lunas de hielo de Júpiter, incluidas Europa y Ganímedes, y descubrió algunas características geológicas interesantes. Después de Júpiter, la Voyager 2 continuó su misión y sobrevoló Saturno en 1981, Urano en 1986 y Neptuno en 1989, proporcionando valiosos datos sobre estos planetas y sus lunas. La Voyager 2 continúa operando y enviando datos desde el espacio interestelar, incluso más lejos de la Tierra que la Voyager 1.
1989: Galileo (Estados Unidos y Europa) fue una sonda espacial lanzada por la NASA el 18 de octubre de 1989. Su principal objetivo era estudiar a Júpiter, sus lunas y su entorno durante un período prolongado. Galileo usó la asistencia gravitatoria de la Tierra y Venus para llegar a Júpiter en diciembre de 1995. Una vez en órbita alrededor de Júpiter, Galileo comenzó a estudiar el planeta, sus lunas y su magnetosfera. La sonda proporcionó imágenes detalladas de Júpiter, revelando características de su turbulenta atmósfera, incluida la Gran Mancha Roja. Galileo también descubrió volcanes activos en la luna Io, lagos y océanos potenciales en Europa, terreno caótico en Ganímedes y cráteres en Calisto. La misión Galileo duró más de 14 años, mucho más allá de su vida útil prevista originalmente. La misión finalizó en septiembre de 2003 con un descenso controlado de Galileo a la atmósfera de Júpiter para evitar la contaminación de lunas potencialmente habitables.
1990: Ulysses (EE. UU. y Europa) se lanzó el 6 de octubre de 1990 utilizando el transbordador espacial Discovery de la NASA. La sonda usó la asistencia gravitacional de Júpiter para cambiar la inclinación orbital y obtener una vista nunca antes vista de las regiones polares del Sol. Ulysses fue la primera misión en estudiar los polos del Sol en órbita polar, proporcionando observaciones únicas y detalladas del campo magnético, el viento solar y las partículas energéticas. La misión también recopiló datos sobre el entorno interplanetario, incluidos los campos magnéticos, el polvo cósmico y la radiación cósmica. Ulysses voló más allá de Júpiter en febrero de 1992, utilizando la asistencia gravitacional para ajustar su órbita y dirigirse hacia las regiones polares del Sol. La misión Ulysses duró más de 18 años, mucho más allá de su vida útil prevista originalmente. La sonda cesó sus operaciones en junio de 2009, tras proporcionar una importante cantidad de datos sobre el Sol y el medio interplanetario.
1997: Cassini-Huygens (EE. UU. y Europa) se lanzó el 15 de octubre de 1997 y constaba de dos elementos: la sonda Cassini y el módulo de aterrizaje Huygens. La sonda Cassini fue la principal responsable de estudiar el planeta Saturno y sus lunas, mientras que el módulo de aterrizaje Huygens fue diseñado para aterrizar en la luna de Saturno, Titán. Cassini realizó un sobrevuelo de Júpiter en 2000, utilizando la asistencia gravitatoria del planeta para llegar a Saturno. Después de llegar a Saturno en 2004, Cassini se embarcó en una misión para explorar a fondo el planeta, sus anillos y sus numerosas lunas. Cassini proporcionó imágenes y datos detallados de Saturno, revelando detalles sobre su atmósfera, tormentas, anillos intrincados y numerosos satélites. En diciembre de 2004, el módulo de aterrizaje de Huygens se separó de Cassini y aterrizó con éxito en Titán en enero de 2005, convirtiéndose en la primera sonda en aterrizar en una luna en otro planeta del sistema solar fuera de la Tierra. La misión Cassini-Huygens terminó en septiembre de 2017 con una inmersión controlada de Cassini en la atmósfera de Saturno, poniendo fin a su misión operativa. Los datos recopilados por Cassini-Huygens han mejorado enormemente nuestra comprensión de Saturno, sus lunas, sus anillos y el entorno del sistema de Saturno.
2011: Juno (EE. UU.) se lanzó el 5 de agosto de 2011 desde Cabo Cañaveral, Florida. Su principal objetivo es comprender mejor el origen y evolución de Júpiter, mediante el estudio de su atmósfera, su estructura interior, su campo magnético y su composición. Juno utiliza una órbita polar alrededor de Júpiter, lo que le permite estudiar el planeta de cerca y recopilar datos detallados. La misión tiene una vida útil esperada de 20 meses, durante los cuales Juno realiza sobrevuelos cercanos de Júpiter a una distancia relativamente cercana del planeta. Juno está equipada con sofisticados instrumentos científicos, que incluyen cámaras, espectrómetros y detectores de partículas, que recopilan datos sobre la atmósfera, la composición y la estructura interna de Júpiter. Los objetivos científicos de Juno incluyen el estudio de la enorme tormenta atmosférica de Júpiter, conocida como la Gran Mancha Roja, así como la búsqueda de agua y pistas sobre los procesos de formación planetaria. Juno también ayudó a mapear el campo magnético de Júpiter y a recopilar datos sobre su aurora. La misión Juno se ha extendido varias veces y continúa operando y recopilando datos valiosos sobre Júpiter.
2023: JUICE (JUpiter ICy moons Explorer). Esta misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) tiene como objetivo explorar las lunas de Júpiter, en particular Ganímedes, Calisto y Europa, para comprender mejor su habitabilidad potencial y su evolución geológica.
2024: Europa Clipper (Estados Unidos). Esta misión está diseñada para estudiar la luna helada de Europa, una de las lunas de Júpiter, realizando sobrevuelos cercanos para analizar su atmósfera, superficie y composición.