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Astronomía
 
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Actualización 8 de noviembre de 2021

Metaverso, ¿la siguiente etapa de la evolución?

Macro evolución

Descripción de la imagen: La auto-organización del universo material según Erich Jantsch (1929-1980). En su libro titulado "The Self-Organizing Universe", Erich Jantsch mostró que el universo entero se auto-organiza, desde el Big Bang hasta las sociedades humanas. Este esquema muestra una "macro-evolución" durante la cual grandes estructuras se condensan y alternan con una "micro-evolución" durante la cual se forman nuevos componentes elementales. Los átomos ligeros forman estrellas que forman átomos pesados, que forman planetas, que forman moléculas, etc. En este proceso, la energía que se conserva se disipa cada vez más rápido. Tiende a transformarse irreversiblemente en calor: esa es la flecha del tiempo.

Evolución termodinámica del mundo

En el siglo XVI, la Tierra se convirtió en un planeta como los demás. En el siglo XIX, el Sol es una estrella entre billones de estrellas. En el siglo XX, nuestra Vía Láctea es una galaxia entre billones de galaxias, pero nuestra percepción del universo podría estar incompleta.
En el siglo XXI, es posible que nuestro mundo se convierta en uno entre billones de otros.
Si observamos el mundo en una realidad material familiar, es porque estamos hechos de materia. Cualquier teoría que incluya nuestra existencia debe ser necesariamente coherente con nuestra propia construcción.
Nuestra aparición es el resultado de un proceso que obedece las leyes de la termodinámica. Este proceso ha engendrado una auto-organización oscilante entre una macro-evolución y una micro-evolución (ver esquema).
En la evolución de nuestro Universo, se observan estructuras que aparecen espontáneamente bajo un flujo constante de energía que se disipa. Los átomos ligeros generan estrellas que generan átomos pesados que generan planetas que generan moléculas, que generan océanos prebióticos. Y esto continúa con cadenas moleculares, ciclos autocatalíticos, genes, procariotas, genomas, eucariotas, cromosomas, organismos multicelulares, cerebros, humanos, un cerebro global, sociedades humanas, y mañana, mundos paralelos.
Este proceso se acelera cada vez más y observamos una autoaceleración irreversible en la disipación de la energía original.

¡Pero el mundo material en tres dimensiones podría ser solo una ilusión!
Los objetos materiales que nos rodean son solo una de las representaciones posibles de la realidad.
En el mismo corazón de la materia, el mundo cuántico nos muestra una energía intensa donde la materia ocupa un volumen insignificante. No hay nada en absoluto, solo vacío en el que la materia aparece y desaparece constantemente, en múltiples lugares y en múltiples estados al mismo tiempo. Además, no hay distinción entre pasado, presente y futuro. Esto abre las puertas a una multitud de mundos probables, a un número infinito de mundos paralelos que podrían dar lugar a un meta-universo.
La materia cuántica se asemeja a un paquete de información que, una vez interpretada por nuestro cerebro, formará los objetos del mundo real. Entre todos los mundos posibles, nuestra conciencia elige el más probable, el que ha sido seleccionado por nuestros sentidos para experimentar la realidad.
¡Pero la realidad futura no será virtual!

N.B.: El físico y químico ruso Ilya Prigogine (1917-2003), Premio Nobel de Química en 1977, mostró que la auto-organización es una característica de las estructuras disipativas, es decir, estructuras que aparecen espontáneamente bajo un flujo constante de energía. Cualquier estructura que intercambie energía o materia con su entorno es una estructura disipativa, desde galaxias hasta sociedades humanas.

El Metaverso

Descripción de la imagen: El metaverso es una estructura disipativa. Se necesitará una infinidad de información codificada para crear mundos virtuales que aparecen y desaparecen en la estructura en red de internet. Los mundos paralelos así creados y dotados de inteligencia artificial producirán su propia información. Así, el sistema disipativo (intercambio de energía, creación de entropía) y la aparición espontánea de una ruptura de simetría espacial (anisotropía) se volverán caóticos. Se necesitará una nueva etapa en la macro-evolución.

Metaverso y estructura disipativa

El concepto de metaverso fue descrito en 1992 en la novela "Snow Crash" de Neal Town Stephenson (1959-). Este relato de ficción describe una sociedad imaginaria organizada de tal manera que es imposible escapar de ella.
El metaverso podría ser la continuación de la macro-evolución que comenzó hace 13.77 mil millones de años. El metaverso o meta-universo es un conjunto de mundos paralelos en los que entraremos lenta pero irresistiblemente.
Estos mundos virtuales pueden estar cerca del mundo real o completamente desconectados.
Para algunos ciudadanos, estos mundos paralelos serán aterradores. Ya no podrán ejercer su libre albedrío y serán sacudidos por un flujo de energía invasivo. Otros podrán adquirir el don de la ubicuidad. Los cascos de realidad virtual, las gafas de realidad aumentada, las experiencias inmersivas, sus avatares serán parte de su entorno.
Los avatares (seres inmateriales) podrán seguir todos los eventos del metaverso mientras que nosotros (seres materiales) permaneceremos en el mundo físico monótono y aburrido.

Es muy fácil engañar a nuestro cerebro presentándole paquetes de información creados por software informático. Estos mundos virtuales imaginados pueden albergar una comunidad de usuarios presentes en forma de avatares que se mueven e interactúan en tres dimensiones. Estos mundos pueden respetar las leyes físicas (gravedad, tiempo, espacio, energía, etc.), pero también pueden crear otras.
Estos mundos serán estructuras disipativas en las que la información generada seguirá aumentando exponencialmente durante algún tiempo. Incluso si las nuevas tecnologías permiten reducir el consumo de energía de los centros de datos, el aumento fenomenal de la masa de información hará que el sistema sea caótico. Se producirá otra etapa en la macro-evolución cuando estos centros de datos disipen más energía de la que el planeta producirá. En 2020, el consumo de electricidad de los centros de datos (500 TWh) representaba el 2% del consumo eléctrico mundial.

N.B.: "Snow crash" en informática se refiere a un fallo total del sistema que fragmenta la parte del ordenador que gestiona la visualización de los píxeles en la pantalla, lo que se traduce en una apocalipsis de la Información.


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