¿Alguna vez has observado el cielo lleno de estrellas y te has preguntado cómo los astrónomos logran ver galaxias ubicadas a millones de años luz? Los telescopios son como ojos gigantes capaces de capturar mucha más luz que los nuestros. Es un poco como si tus ojos fueran pequeños vasos de agua, mientras que un telescopio sería una enorme piscina que recoge una gran cantidad de gotas de luz provenientes del espacio.
N.B.:
Un año luz corresponde a la distancia que recorre la luz en un año, es decir, unos 10 billones de kilómetros (más fácil de recordar). Por ejemplo, la estrella más cercana al Sol, Próxima Centauri, se encuentra a 4,24 años luz de nosotros.
Para ver muy lejos en el cielo, un telescopio utiliza dos herramientas mágicas: los espejos y las lentes. Estos elementos tienen un poder especial: dirigen y reúnen la luz para formar una imagen clara y ampliada, como una lupa que concentra los rayos del Sol.
En un telescopio refractor, la luz atraviesa lentes de vidrio que la hacen converger hacia un punto preciso. En un telescopio reflector, la luz rebota en una gran superficie brillante antes de ser enviada a un pequeño espejo y luego a tu ojo o a una cámara.
Cuanto más grande sea el espejo o la lente, más luz podrá capturar el telescopio. ¡Por eso los telescopios profesionales tienen espejos enormes, algunos de hasta 10 metros de diámetro!
En la Tierra, a veces hay nubes o niebla que nos impiden ver bien. Además, la atmósfera (el aire que rodea nuestro planeta) es como un velo que se mueve con el viento, distorsionando constantemente la luz de las estrellas, como cuando miras una piedra en el fondo de un río y parece bailar. Como resultado, las imágenes de las estrellas son borrosas.
¡En el espacio no hay aire ni nubes! Los telescopios como Hubble o James Webb pueden ver lejos. Existen varios tipos de telescopios que observan diferentes clases de luz proveniente del espacio.
El universo emite mucho más que luz visible (la que perciben nuestros ojos). Los telescopios están diseñados para capturar otros tipos de luz (ondas de radio, infrarrojos, rayos X, etc.), invisibles a simple vista.
Algunos telescopios, como James Webb, combinan varios tipos de luz para ofrecernos imágenes aún más completas del universo.
| Tipo de telescopio | ¿Para qué sirve? | Ejemplo famoso | Tamaño del espejo (o antena) |
|---|---|---|---|
| Telescopio óptico | Observa la luz visible, como nuestros ojos. Perfecto para ver planetas, estrellas y galaxias. | Hubble (en el espacio) | 2,4 metros de diámetro |
| Radiotelescopio | Capta las ondas de radio emitidas por objetos lejanos, como agujeros negros o galaxias. | ALMA (en Chile) | Hasta 12 metros por antena (66 antenas en red) |
| Telescopio infrarrojo | Detecta el calor de los objetos celestes, incluso aquellos ocultos por el polvo. Ideal para estudiar estrellas en formación. | James Webb (en el espacio) | 6,5 metros de diámetro (espejo segmentado) |
| Telescopio ultravioleta | Estudia la luz ultravioleta, a menudo emitida por estrellas muy calientes o explosiones de estrellas. | GALEX (satélite) | 50 cm de diámetro |
| Telescopio de rayos X | Observa fenómenos ultraenergéticos, como agujeros negros o supernovas. | Chandra (en el espacio) | 1,2 metros de diámetro (espejos cilíndricos) |
| Telescopio de rayos gamma | Rastrea los rayos gamma, producidos por los eventos más violentos del universo, como colisiones de estrellas. | Fermi (satélite) | Sin espejo (detectores electrónicos) |
N.B.:
El primer telescopio astronómico fue inventado por Galileo (1564-1642) en 1609. Con su modesto instrumento, que tenía dos lentes de unos 4 a 5 centímetros de diámetro, descubrió las montañas de la Luna, los satélites de Júpiter y las fases de Venus, revolucionando nuestra visión del universo.