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Las estrellas, como nuestro Sol, son enormes bolas de gas que brillan en el cielo. Están muy lejos de nosotros, pero emiten tanta luz que podemos verlas por la noche.
Las estrellas brillan debido a una reacción especial que ocurre en su interior. Están compuestas principalmente de gases llamados hidrógeno y helio. En el centro de una estrella, hace muchísimo calor y la presión es muy alta. Estas condiciones provocan una reacción llamada "fusión nuclear".
La fusión nuclear permite que el hidrógeno se transforme en helio, y esta transformación libera mucha energía en forma de luz y calor. Es esta energía la que hace que la estrella brille.
Las estrellas permanecen brillantes y calientes durante miles de millones de años gracias a la fusión nuclear. Mientras haya suficiente hidrógeno para continuar la reacción, la estrella seguirá brillando.
Cuando una estrella ha consumido todo su hidrógeno, comienza a cambiar. Algunas estrellas se hacen mucho más grandes y se convierten en "gigantes rojas". Luego, finalmente mueren y a veces se transforman en una "enana blanca", una "estrella de neutrones" o incluso en un "agujero negro".
Cada estrella tiene un destino diferente, y esto depende de su tamaño.
¡Sí! El Sol es una estrella como las demás. Es solo que está mucho más cerca de nosotros, por lo que parece mucho más grande y brillante que las otras estrellas que vemos en el cielo.