Descripción de la imagen: Ceres observada con el telescopio JWST. Crédito: NASA, ESO
Distancia media del Sol: Aproximadamente 2,77 unidades astronómicas (UA).
Período orbital: Aproximadamente 4,60 años terrestres.
Inclinación de la órbita: Aproximadamente 10,6° con respecto al plano de la eclíptica.
Excentricidad orbital: Aproximadamente 0,08, lo que indica una órbita ligeramente elíptica.
Diámetro medio: Aproximadamente 940 km.
Masa: Aproximadamente 9,39 × 1020 kg.
Densidad media: Aproximadamente 2,09 g/cm³, lo que indica que Ceres está compuesta en su mayor parte por hielo y rocas.
Gravedad en la superficie: Aproximadamente 0,27 g o 27 % de la gravedad de la Tierra (g=9,8 m/s2).
Rotación: Un día en Ceres dura aproximadamente 9 horas y 4 minutos.
La superficie de Ceres está compuesta principalmente de hielo de agua, con zonas de roca y minerales como el carbonato de sodio y el silicato de aluminio. También hay signos de materiales orgánicos y posibles depósitos de sal.
La corteza de Ceres parece estar compuesta principalmente de hielo de agua, con inclusiones minerales.
Debajo de la corteza, podría existir un manto de hielo y rocas. Los datos sugieren que Ceres podría tener una estructura interna diferenciada, con una posible capa de hielo subterráneo.
Los modelos sugieren la presencia de un núcleo rocoso, pero los detalles exactos siguen siendo inciertos.
La superficie de Ceres presenta una variedad de características geológicas, incluyendo cráteres de impacto, montañas y formaciones de hielo.
El cráter Occator es uno de los más grandes y notables, con formaciones brillantes en su interior, probablemente constituidas por sales minerales.
Existen formaciones montañosas notables, como las montañas de Ahuna Mons, que podrían ser estructuras volcánicas.
Ceres tiene una atmósfera muy tenue, compuesta principalmente de nitrógeno, dióxido de carbono y vapor de agua. Las concentraciones son extremadamente bajas, apenas detectables.
Ceres no posee un campo magnético significativo como los planetas terrestres. Las observaciones no han revelado un campo magnético global, aunque se han sugerido anomalías locales.
La NASA envió la sonda Dawn a Ceres, que orbitó alrededor del planeta enano desde 2015 hasta 2018. La misión proporcionó imágenes detalladas de la superficie, información sobre la composición química y datos sobre la geología y la historia de Ceres.
Como el objeto más grande del cinturón de asteroides, Ceres es un vestigio primordial del sistema solar. Su estudio ayuda a entender las condiciones y los materiales presentes durante la formación del sistema solar.
Los signos de hielo de agua y los materiales orgánicos en Ceres son de interés debido al potencial de que estas condiciones podrían haber sostenido formas de vida, aunque esto es altamente especulativo.