Descripción de la imagen: La estrella TRAPPIST-1a y sus 7 planetas terrestres representados con sus respectivos tamaños pero la distancia a la estrella no está a escala.
N.B.: TRAPPIST (Telescopio Pequeño de Planetas y Planetesimales en Tránsito) es una red de 2 telescopios robotizados. Un telescopio está ubicado en el Observatorio de La Silla (Chile) y el segundo telescopio en Oukaïmeden (Marruecos).
En el mundo confuso y turbulento que nos rodea, hay regularidades que nos permiten darle sentido al caos aparente. Por ejemplo, notamos que la Tierra orbita alrededor del Sol de manera regular en un año, que los días siguen a las noches, que el nautilus construye su concha en espirales o que las celdas de las abejas son hexagonales...
Todas las civilizaciones han estado a la caza de estas regularidades, ritmos, repeticiones y patrones que nos asombran y nos tranquilizan. Esto nos permite creer que hay un orden o un propósito en nuestro Universo observable.
Desde siempre, estas regularidades, contingentes o accidentales, han inspirado a filósofos, físicos, matemáticos y, sobre todo, a músicos.
Cuando hablamos de regularidades, pensamos en sonidos. En música, una octava corresponde a una duplicación de la frecuencia f, 2f, 3f, etc. Estas frecuencias que son múltiplos de una frecuencia dada se llaman armónicos. Por ejemplo, la nota do tiene una frecuencia de 260 Hz, y el siguiente do está a 520 Hz. La nota sol tiene una frecuencia 1,5 veces la del do, el siguiente sol es igual a 3 veces el do, etc. Estas regularidades son suficientes para establecer la armonía musical.
El sistema estelar TRAPPIST, descubierto en 2016 mediante el método de tránsito, tiene 7.6 mil millones de años y está ubicado en la constelación de Acuario, a 39.5 años luz de distancia. Este sistema está compuesto por una estrella enana ultrafría llamada TRAPPIST-1a y al menos 7 planetas rocosos (TRAPPIST-1b, TRAPPIST-1c, TRAPPIST-1d, TRAPPIST-1e, TRAPPIST-1f, TRAPPIST-1g, TRAPPIST-1h).
Tres de ellos se encuentran en la zona habitable de la estrella, y TRAPPIST-1e tiene una densidad cercana a la de la Tierra, y presumiblemente posee un núcleo de hierro y un océano líquido o helado.
Usando un modelo informático, los científicos simularon las órbitas planetarias y descubrieron que los 7 planetas están en perfecta armonía orbital. En otras palabras, cada planeta tiene relaciones simples con los períodos orbitales de sus vecinos. Cuando el planeta más externo TRAPPIST-1h completa 2 órbitas, su vecino TRAPPIST-1g completa 3 órbitas, TRAPPIST-1f completa 4 órbitas, TRAPPIST-1e completa 6 órbitas, TRAPPIST-1d completa 9 órbitas, TRAPPIST-1c completa 15 órbitas, y TRAPPIST-1b completa 24 órbitas. Todo el sistema se mueve con una regularidad muy hermosa.
Descripción del video: Un equipo de investigadores de la NASA y músicos transformó las órbitas de los siete mundos TRAPPIST-1 en música. Ningún otro sistema planetario conocido alberga tantos mundos resonantes. Las simulaciones por computadora sugieren que los planetas deberían haberse colisionado muy rápidamente después de su formación. Pero la resonancia aparentemente los salvó, según Dan Tamayo, investigador en la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York.
Los planetas del sistema TRAPPIST-1 están, por lo tanto, en resonancia orbital perfecta y estas órbitas armoniosas pueden ser traducidas musicalmente, con notas. TRAPPIST-1b corresponde a la nota si (b en forma anglosajona), TRAPPIST-1c corresponde a la nota do, TRAPPIST-1d corresponde a la nota re, etc.
Cada planeta toca una nota por órbita cuando pasa entre nosotros y su estrella, y un latido rítmico resuena cada vez que pasa frente a su vecino.
Como cada planeta resuena con sus vecinos, todo el sistema forma una cadena de resonancia armónica.
Esto se muestra (en forma acelerada) en esta deslumbrante y melódica animación donde los siete planetas giran en sincronía casi perfecta.