El interior del Sol tiene una densidad y temperatura, tales como las reacciones termonucleares se producen, liberando enormes cantidades de energía.
La gran parte de esta energía se libera en el espacio en forma de radiación electromagnética, principalmente en forma de luz visible. El Sol también emite una corriente de partículas cargadas llamadas viento solar. Este viento solar interactúa fuertemente con la magnetosfera de los planetas y las lunas y ayuda a expulsar gases y el polvo fuera del sistema solar. Este viento emerge de las capas superficiales, y la propagación en el espacio.
Sin perjuicio de estas tormentas, los cometas están adornados con una cola que muestra la dirección del viento solar. La Tierra no está totalmente protegida por su escudo magnético del viento solar a una velocidad de 400 km/s, filtrándose por los bordes polar, para mostrarnos bellas luces del norte y del sur, las luces blancas, verdes y los rojos.
La Luna como otros objetos del Sistema Solar también está bajo presión del viento solar.
Los estudios realizados por varias sondas en órbita lunar, revelaron la presencia de un campo eléctrico en nuestro satélite natural.
La magnetosfera deformable de la Tierra se extiende alrededor de 60 000 kilómetros, pero disminuye a la mitad cuando se comprime bajo la presión de los vientos solares intensos.
El escudo magnético evita que parte del viento solar para barrer la atmósfera terrestre.
El equipo de Andrés Poppe, de la Universidad de California en Berkeley ha analizado los datos de la sonda Lunar Prospector, Kaguya, y Chang'e Chandrayaan, y dos satélites de la misión Artemis (Aceleración, Reconexión, Turbulencia y electrodinámica de la de la Luna interacción con el Sol).
Estas sondas han descubierto un campo magnético lunar en la luna, sino que también tendría su propio escudo magnético que se extiende a 10 000 kilómetros sobre la superficie en el lado que mira hacia el sol.
Las sondas han demostrado que el plasma solar está deformada, como si se encontró con una onda de choque.
Este escudo puede resultar de un campo eléctrico que se formó a raíz del bombardeo de la superficie lunar por la luz ultravioleta solar.