Característica | Valor |
---|---|
Diámetro medio | 525 km (578 × 560 × 458 km) |
Volumen | \(2.6 \times 10^{7}\ \text{km}^3\) |
Masa | \(2.59 \times 10^{20}\ \text{kg}\) |
Densidad media | 3.456 g/cm³ |
Gravedad superficial | \(0.25\ \text{m/s}^2\) vs \(9.81\ \text{m/s}^2\) en la Tierra ⇒ 70 kg ∼ 1.8 kg |
Período de rotación | 5.34 horas |
Inclinación orbital | 7.14° |
Excentricidad orbital | 0.089 |
Distancia media al Sol | 2.36 UA |
Tipo espectral | V (basáltico) es decir, la superficie es rica en rocas ígneas volcánicas |
Fecha de descubrimiento | 29 de marzo de 1807 |
Descubierto en 1807 por Heinrich Olbers (1758-1840), el asteroide Vesta es un vestigio notable de los inicios del Sistema Solar. Con sus 525 km de diámetro, es el segundo cuerpo más grande del cinturón principal después de Ceres. Sin embargo, lo que intriga a los científicos es su polo sur: una gigantesca excavación de casi 500 km de ancho, llamada cuenca Rheasilvia, ocupa casi todo el hemisferio sur.
Esta estructura fue revelada en detalle por la sonda Dawn (NASA) en 2011. La cuenca Rheasilvia, de 19 km de profundidad, sería el resultado de un impacto de rara violencia, ocurrido hace unos mil millones de años. La energía liberada por la colisión se estima en varios millones de megatones, lo que habría podido destruir totalmente un cuerpo menos masivo que Vesta.
En el centro de la cuenca Rheasilvia se alza un impresionante domo: una montaña de 22 km de altura, casi tres veces el Everest. Este pico central resulta del rebote elástico de la corteza tras el impacto. Este fenómeno, típico de los grandes cráteres, nos informa sobre la reología interna del cuerpo progenitor.
La modelización numérica de la cuenca muestra que el impacto atravesó la corteza basáltica para afectar al manto de silicato subyacente. Vesta, a diferencia de la mayoría de los asteroides, es un cuerpo diferenciado, que posee un núcleo metálico, un manto y una corteza, a imagen de los planetas terrestres.
El video de la NASA muestra la rotación de Vesta. El asteroide de 530 km de diámetro gira sobre sí mismo en 5 horas y 20 minutos. Se pueden notar las asombrosas rayas que rodean a Vesta.
Alrededor de la cuenca de impacto Rheasilvia, vastas rayas lineales y fracturas recorren la superficie de Vesta, formando una red casi circular que rodea el polo sur. Estas estrías, llamadas grabens, resultan de las tensiones mecánicas extremas generadas por el impacto colosal que arrancó esta región.
Físicamente, estas rayas corresponden a fallas de extensión, donde la corteza se agrietó y se hundió bajo el efecto de las fuerzas de tracción. Su orientación concéntrica refleja la deformación de la litosfera rígida de Vesta después del impacto, permitiendo liberar la energía acumulada.
El ancho de estos grabens puede alcanzar varios cientos de metros, y su profundidad puede superar 1 km. El estudio espectroscópico muestra que estas zonas exponen materiales más profundos, ofreciendo un acceso natural a la estratificación interna de Vesta. Este fenómeno testimonia así la dinámica post-impacto y el comportamiento reológico del manto y la corteza.
La presencia de estas rayas alrededor del polo sur es única entre los asteroides conocidos, lo que hace de Vesta un laboratorio natural excepcional para comprender los efectos mecánicos de los impactos gigantes en cuerpos diferenciados de tamaño mediano. Su análisis también proporciona pistas valiosas sobre la distribución de las tensiones internas y la resistencia mecánica de la corteza basáltica.
El impacto eyectó enormes cantidades de escombros al espacio, algunos de los cuales alcanzaron la Tierra. De hecho, varias eucritas, diogenitas y howarditas (rocas meteoríticas) analizadas en la Tierra se formaron en Vesta: están agrupadas bajo el acrónimo HED. Su composición mineralógica confirma el vínculo con el suelo vestoide.
Estos meteoritos revelan una antigua actividad volcánica, confirmada por la datación radiométrica: Vesta experimentó una diferenciación térmica completa hace 4.500 millones de años, poco después de la formación del Sistema Solar. Este cuerpo nos sirve así de ventana geológica a esa época primitiva.
La cuenca Rheasilvia no se parece a ningún otro relieve del cinturón. Mientras que la mayoría de los asteroides son agregados poco coherentes (pilas de escombros), Vesta conserva una estructura interna densa y cohesiva, vestigio de un gran protoplaneta. Quizás sea un embrión planetario que escapó a la acreción.
La forma casi esférica de Vesta, su composición y la presencia de capas diferenciadas sugieren que este cuerpo fue sometido a una fusión parcial o total en su juventud, antes de enfriarse. Su polo sur arrancado es la cicatriz visible de una historia tumultuosa, conservada en un cuerpo que podría haberse convertido en un planeta.
La excavación gigantesca en el polo sur de Vesta testimonia un cataclismo antiguo y una historia planetaria abortada. Este cuerpo celeste, a medio camino entre un asteroide y un planeta, ilumina las primeras etapas de la formación de los planetas en el Sistema Solar interno.
1997 © Astronoo.com − Astronomía, Astrofísica, Evolución y Ecología.
"Los datos disponibles en este sitio podrán ser utilizados siempre que se cite debidamente la fuente."
Cómo Google utiliza los datos
Información legal
Sitemap Español − Sitemap Completo
Contactar al autor