La misión DART (Double Asteroid Redirection Test) lanzó una sonda espacial que pesaba alrededor de 600 kg para estrellarse contra Dimorphos en 2022. El objetivo es evaluar los efectos de un impacto cinético (6 km/s) de una nave espacial sobre la trayectoria de un pequeño asteroide porque es posible que en el futuro necesitemos desviar la trayectoria de un asteroide potencialmente peligroso. La elección de apuntar a Dimorphos, el satélite de Didymos, permite medir con precisión el cambio de trayectoria de un pequeño asteroide. Dada la relación de masas y a pesar de la velocidad muy alta de la nave espacial, el cambio en la trayectoria de Dimorphos debería modificar su período orbital solo muy levemente (alrededor del 1%). Además, los científicos no quieren modificar la trayectoria de Didymos porque podría volverse peligroso cuando no lo es hoy. Incluso si la misión funciona según lo planeado, no es nada seguro que la trayectoria de Dimorphos se modifique porque no conocemos su composición y su estructura interna. | Si el suelo es blando el impacto será nulo, si el objeto es compacto, se rociarán toneladas de eyecciones, aparecerá un cráter y su trayectoria deberá modificarse ligeramente. El nanosatélite LICIACube, del tamaño de una caja de zapatos, conectado a la sonda durante el viaje hacia el objetivo, se separará de la sonda antes del impacto para volar sobre Dimorphos tres minutos después del impacto y transmitir las imágenes. En 2022, más de diez de los telescopios más potentes del planeta se movilizarán durante varias noches para observar el efecto del impacto en Dimorphos. En 2027, las consecuencias del impacto serán filmadas por la misión Hera, que consiste en colocar una sonda en órbita alrededor de Didymos. Así tendremos una experiencia real perfectamente documentada que permitirá validar las simulaciones numéricas de impactos. |