Viajar en la eclíptica

Sabemos desde hace mucho tiempo que los planetas giran alrededor del Sol y que el Sol orbita alrededor de la Vía Láctea.
Los planetas del sistema solar viajan en órbitas que se encuentran aproximadamente en el mismo plano, lo que se denomina eclíptica. Y nosotros, somos observadores erigidos en uno de estos planetas viajando con su estrella.
La imagen familiar de nuestro sistema solar suele ser una vista de pájaro con el Sol en el centro y los planetas en órbitas aproximadamente circulares. Pero a la escala de nuestra Galaxia, la Vía Láctea, nuestro sistema solar con todos sus componentes es más bien un disco plano sobre el que giran planetas, asteroides, planetas enanos, cometas, gas y polvo.
¿Cómo podemos sentir este viaje que hacemos encadenado a todo el sistema solar?
Para poder sentir este viaje por el espacio infinito, hay que presenciar un desfile planetario, es decir, una alineación de planetas. Un desfile planetario perfecto es una alineación de todos los planetas del sistema solar en el mismo lado del Sol al mismo tiempo. Pero este desfile planetario es extremadamente raro (1982, 2161, 2492). Muy a menudo, se pueden observar dos o tres planetas alineados en el cielo. Cuando esto sucede, el sistema solar se ve de canto. En otras palabras, en el fondo estrellado de la Galaxia, los planetas dibujan una línea que pasa por el Sol que se encuentra debajo del horizonte.
El 26 de abril de 2022 alrededor de las 6:00 a. m. SE, los astrónomos tendrán la oportunidad de asistir a un desfile planetario. Júpiter, Venus, Marte, Saturno y la Luna aparecerán simultáneamente en un pequeño sector del cielo. Otra alineación tendrá lugar el 25 de junio de 2022 alrededor de las 5 a.m. hacia el Este.
Lo más inquietante es que no somos observadores externos sino que también estamos en este plano que podemos ver y sentir en el cielo nocturno desde nuestro jardín. El plano de la eclíptica se puede identificar gracias a las alineaciones de planetas que se observan con bastante frecuencia. Esta alineación no es perfecta porque los planos orbitales relativamente inclinados de los planetas no están perfectamente en la eclíptica.
La eclíptica en la que nos encontramos con los demás planetas se puede dibujar en nuestra imaginación.

Para esto, debemos mirar el cuarto de Luna en el cielo nocturno que nos dice dónde está el Sol. También podemos mirar a Venus después de la puesta del sol, lo que también nos dice dónde está el Sol.
Por lo tanto, estamos en algún lugar de este plano con los otros planetas, pero no lo sentimos porque estamos colocados verticalmente en la superficie de la Tierra cuyo eje está inclinado. Pero si inclinamos la imagen del cielo hasta que la línea quede horizontal, nos damos cuenta de que estamos en el mismo plano con todo el sistema solar.
En ese momento nos embarga una profunda sensación porque sentimos que en este disco plano nuestro sistema solar se sumerge en la oscuridad de un espacio infinito. Sin sentir nada, la Tierra nos transporta alrededor del Sol mientras gira sobre sí misma alrededor de su eje. Este movimiento combinado con el de los demás planetas y el del Sol que orbita alrededor de la Vía Láctea compone un vertiginoso movimiento global. ¡Como hojas que se arremolinan en el viento, todos los planetas dibujan espirales y forman parte de un fantástico ballet cósmico!
De hecho, la Tierra nos impulsa a 30 km/s alrededor del Sol, que divide el espacio a 230 km/s alrededor de la Vía Láctea, que se precipita a 630 km/s hacia un inmenso vacío llamado Gran Atractor.